Los privados de libertad que se encuentran en el centro penitenciario de Centro Occidente comenzaron a sentir la presión y las medidas tomadas por el Ministerio de Asuntos Penitenciarios desde el miércoles 14 de noviembre.
Debido a un altercado que hubo con un trabajador de la obra de la nueva cárcel, la ministra Iris Varela, sin contemplación, anunció que había requisa y hasta que no tuviera lugar el procedimiento, estaba suspendida la visita.
A los internos no les ha afectado sólo el hecho de no ver a sus seres queridos, sino que al prohibir su ingreso, comenzaron a poner en práctica muchas restricciones.
Al director del penal, Nelson Bracca, desde ese miércoles, no se le ve la cara. Sólo dijo a los familiares que era una decisión tomada por la jefa y escapaba de sus manos.
Los pases de paquetes, cuando aprovechan de llevar comida, ropa e implementos de primera necesidad, ocurre los días que correspondía a la visita. Generalmente a las 9 de la mañana comienzan a pasar los respectivos paquetes, pero la molestia de muchos de los seres queridos es que los están haciendo perder el tiempo, porque no les permiten ropa para los reos, tampoco comida cruda para que ellos tengan para la semana; sólo reciben comida ya lista, que a lo sumo les puede durar dos días para aquellos que tengan nevera. También permiten agua y productos de aseo personal.
Se conoció que este viernes tampoco los proveedores pudieron abastecer las bodegas, cantinas y restaurantes que están en el interior, por lo cual los familiares de los privados de libertad, quienes no se identifican por temor a represalias, creen que el Ministerio está jugando a que se les agote su energía y queden sin alimentos, porque manifiestan que el “Gobierno” les debe garantizar sus tres platos de comida diario y eso nunca lo ven.
De igual forma expresan que les están cortando el servicio del agua, por lo cual no pueden asearse, ni lavar su ropa, además de cortarles la luz, para que no carguen los teléfonos y dañarle sus artefactos eléctricos.
Piden a Iris Varela, ministra del Servicio Penitenciario que tome conciencia y piense que ella también tiene familiares. Aseguran que esa requisa terminará en una intervención y se cobrará la vida de muchos inocentes.
“El problema lo crearon ellos mismos. En Uribana los presos tienen armas porque fueron los mismos guardias nacionales quienes las pasaron. A una madre, una esposa, una hermana, a ninguna mujer le cabe armamento en su parte íntima. Si ellos quieren hacer una requisa pacífica, terminen la cárcel nueva y cuando los muchachos salgan a Tribunales los van pasando uno a uno para esos espacios y se evita el enfrentamiento”, expresó una de las tantas madres angustiadas que se encontraba en las afueras del penal.
No sólo se pierde el viaje
Son varias las quejas. Por ejemplo, denuncian que muchos pierden el viaje porque les devuelven los paquetes, a lo cual se suma el dinero invertido para la compra de los insumos, en especial en el caso de quienes vienen de lejos y aquellos que son de escasos recursos. Las personas de la tercera edad y las mujeres embarazadas son las que más han sufrido, hacen el esfuerzo de cargar un gran peso, y al llegar hasta donde están los Guardias Nacionales, se devuelven cargados, se encuentran con nuevas normas, porque nadie se ha dado a la tarea de informar qué está permitido.
Internos dispuestos a diálogo
Uno de los voceros de los privados de libertad manifestó que ellos están dispuestos a mediar con las autoridades. “Tal cual como lo dijo la ministra Varela el diálogo debe ser inagotable y hasta ahora no lo han cumplido”, dijo el interno.
Los reos indican que no son ellos quienes se han negado a salir a Tribunales. “Las mismas autoridades no le han dado el traslado ni tampoco se han ocupado de los nuevos ingresos”.
Esperan que esta semana las autoridades les den la cara e inicie el diálogo para que les otorguen la visita a sus seres queridos.
Fotos: Ángel Zambrano
