Una noche de verdadera alquimia musical vivieron los melómanos de Barquisimeto este jueves, con la imborrable presentación del cantaor español Diego El Cigala, quien mostró su pasión, su cultura y su afán por experimentar con los sonidos de otros países, tal como lo hizo con el género argentino que lo llevó a grabar Cigala & Tango.
Precisamente este show fue el que brindó en el Country Club, junto a cuatro experimentados músicos que lo acompañaron durante hora y media de canciones, entre complicidad y aplausos del público enamorado de su música de alma y corazón, de amor y desamor, de penas y alegrías.
Fue a las once y media de la noche cuando El Cigala apareció sobre el escenario. De vestimenta impecable y un dejo de misterio en su mirada, inició el repertorio con la popular canción Garganta con arena, original del cantautor argentino Cacho Castaña. Con ese mismo tema fue que decidió comenzar su disco Cigala & Tango, grabado en el Gran Rex de la histórica ciudad de Buenos Aires.
Siguió la noche con Las 40, un tema de Francisco Gorrindo que también grabó el colombiano Andrés Cepeda en clave de bolero. Las letras de Gorrindo, a finales de la década de los 30, cobraron notoriedad y se sembraron en la emoción popular, a tal punto de grandes intérpretes han decidido hacerlas suyas por tener un lenguaje tan directo como sentido.
Con El día que me quieras, compuesta por Alfredo Le Pera y conocida por muchos en la voz de Carlos Gardel, siguió este concierto que cualquiera podría describir como mágico. Los presentes disfrutaban cada pieza de la noche junto al fino escocés elegido para brindar por tan especial encuentro.
De los argentinos Ariel Ramírez y Félix Luna y grabada por primera vez en un disco de la fallecida Mercedes Sosa, Diego El Cigala interpretó la famosa canción Alfonsina y el mar, un homenaje a la poetisa Alfonsina Storni, quien se suicidó en Mar de Plata, en la década de los 30.
El repertorio de la noche siguió con Nostalgias, uno de los tangos más conocidos de Enrique Cadícamo, compositor, escritor de libros y obras de teatro.
Para la siguiente pieza, el cantaor se quedó sólo junto a su guitarrista. Tras una breve introducción al son del instrumento de cuerdas sonó Soledad, del letrista, escritor y periodista Alfredo Le Pera, quien dio a conocer muchos de sus tangos en la voz de Carlos Gardel.
Acompañado de los sonidos del piano, percusión y contrabajo, llegó el momento de que el público lo acompañara a corear Tomo y obligo, una canción que algunos conocieron en la voz de Gardel y otras generaciones en la de Andrés Calamaro y cuya autoría se le adjudica a Manuel Romero.
Luego llegó el turno para Inolvidable, aquel tema que también se encuentra en la memoria colectiva de América Latina gracias a la interpretación de Roberto Carlos y el color de la voz de Luis Miguel.
Momento de Lágrimas negras
Diego El Cigala, cuyo nombre real es Ramón Jiménez Salazar, no perdió la oportunidad de rememorar los temas del disco Lágrimas negras, que en el año 2003 gracias a su voz rasgada y la magistral ejecución de Bebo Valdés en el piano, le permitió ampliar su mercado y conquistar muchos más seguidores entre boleros, tangos, coplas y clásicos flamencos.
De esta producción sonaron canciones como Veinte años, Se me olvidó que te olvidé, Corazón loco, Lágrimas negras y, más tarde: Vete de mi, sólo acompañado por las teclas del piano.
Entre eterna poesía
El cantaor le puso melodía al poema épico popular de José Hernández: El gaucho Martín Fierro, una verdadera joya en la voz de este hombre que recorre e l mundo con su inspiración.
Llegó el turno para Amar y vivir, de la compositora mexicana Consuelo Velásquez y no pudo faltar La bien pagá, que incluyó en su disco Blanco y Negro, Bebo & Cigala en vivo, un concierto que grabaron en Palma de Mallorca, hace nueve años.
Con Ritmo tambor y flores mostró su esencia latina. Tal interpretación alegró aún más los corazones de los asistentes que insistieron en no dejarlo ir del escenario hasta cantar su Niebla del riachuelo, también incluida en Lágrimas negras.
Así culminó una presentación tan impecable como inolvidable. La perfecta voz de El Cigala y la complicidad de sus músicos, permitieron que el espectáculo fuera amor, poesía y corazones alegres.
Fotos: Emanuele Sorge