A propósito del 8º Festival de Cortometrajes de Barquisimeto, el joven estudiante de Cine, Michael Labarca, nos visitó para impartir el taller de Dirección para principiantes en el auditorio del Museo de Barquisimeto. Labarca, ganador del festival el año pasado con el cortometraje Cerdos, declaró a EL IMPULSO previo al conversatorio previsto por los organizadores de la fiesta cinematográfica.
Labarca, también jurado del concurso Desafío Audiovisual, nos dijo que a través del taller invita al público en general a hacer cine.
“Lo maravilloso es que hay principiantes de todas las edades, en ese sentido, todos se acercan con la misma motivación, pasión y ganas de aprender”.
De esa manera el joven estudiante de la Universidad de Los Andes, próximo a defender su trabajo de grado, habló sobre esas herramientas básicas del lenguaje cinematográfico a fin que los participantes puedan hacer un cortometraje.
“Todos podemos hacer un cortometraje. Los avances tecnológicos lo permiten. Con una cámara, incluso un celular. Quizás no sea la mejor de las películas… no obstante, nuestra intención nunca debe ser pretender que nuestro primer trabajo sea trascendental”.
Se trata, agregó, de un ejercicio, de una búsqueda y todos podemos hacerlo.
-¿Invita a las personas para que se arriesguen a hacer cine?
-Sí, totalmente porque desde la comunidad más aislada, en todos lados, puede existir un gran cineasta que probablemente no ha tenido la oportunidad de adquirir conocimientos de manera formal, pero que seguramente, al poner una cámara en sus manos, puede resultar un gran realizador. Luego vendrá el estilo y la técnica.
-¿En qué proyecto trabaja actualmente?
-En Caracas dirijo una serie juvenil que se llama Barrio Sur, es una producción nacional independiente y esperamos que algún canal se interese en ella. Aborda temas juveniles bastante fuertes como la homosexualidad, la droga, el aborto, diferencias familiares, la violencia en el barrio, problemas que están padeciendo nuestros jóvenes… la idea es ofrecer herramientas a esos conflictos.
-¿Qué recomendaciones les da a esos jóvenes que no se atreven a hacer cine?
-En principio dejar atrás esa pretensión de hacer cine por arrogancia, por ego. El cine no son efectos, es narrar una historia que toque las fibras del espectador. Quien hace cine es porque tiene la imperiosa necesidad de hacerlo, porque desea aportar algo al cine nacional para que este trascienda más allá del realizador. El cine merece que trabajemos de manera honesta.
-¿Su opinión acerca de los festivales de cortometrajes y su incidencia en el cine nacional?
-El crecimiento es total. Sin duda, no se puede negar el apoyo que se experimenta en el ámbito. Esto no es gratuito, esto está ocurriendo porque hay directores con talento. Hay muchachos que estan dándose a conocer con ideas frescas y planteamientos que hacen notar que el cine está hurgando en otros temas, formas y fondos, eso se agradece. Se está haciendo un cine de autor, bien hecho, de propuesta, con directores que tienen una impronta y dejan ver su estilo.
Como hemos tenido una desventaja con respecto a Estados Unidos y Europa, nuestro camino estaba pautado por la imitación… ver como narran ellos para nosotros hacerlo y nos quede bien. Esa no es la idea… el objetivo es que elevemos un cine colmado de nuestra identidad, en ese sentido, esta generación de directores lo está haciendo y lo está logrando, manejan un simbolismo maravilloso, los personajes están increíbles y las historias estan concebidas magistralmente.
-¿Qué nos puede decir en cuanto a los temas que se plantean, puesto que siempre se dice que el cine nacional es en su mayoría de violencia?
-Eso es un mito. Simplemente, hablamos de nuestra sociedad y de aquello que nos preocupa de nuestra sociedad. Si bien, es cierto, hay otras realidades, esos otros escenarios no interesan porque probablemente no necesiten una transformación…. nuestro cine siempre se ha caracterizado por ser el retrato de nuestra sociedad y si la misma está enferma, debemos expresarlo sin miedo. Seguimos hablando de lo mismo porque es nuestra realidad. En Argentina, por ejemplo, el cine está vinculado a los desaparecidos y a la dictadura… el cine habla de su país.
En nuestro país el cine no dejará de exponer lo que somos. Es increíble que a pesar de las críticas, nuestra sociedad siga enferma y todos esos problemas no se hayan solucionado: la violencia, las armas. No podemos ver las películas venezolanas con menosprecio por ello, por suerte eso está cambiando. Por otra parte, se están tocando temas diversos, entre ellos la homosexualidad.
-Como jurado, ¿qué te han parecido los cortos del Desafío Audiovisual?
-Es interesante observar como los grupos participantes tienen una visión distinta sobre su sociedad y su gente. Algunos abordan el trabajo con humor, otros con drama, otros con ficción, otros con documental… hay varias tendencias y percepciones. Me gusta la pasión de los larenses por querer hacer cine. Además, varios de los proyectos hacen una crítica y es importante que eso se esté haciendo.
Foto: Daniel Arrieta
