La refinería Isla, de la estatal Petróleos de Venezuela en Curazao, operaba a un tercio de su capacidad, luego del reinicio de una unidad de craqueo catalítico (FCC) que no funcionaba desde cuatro meses este año, dijo a Reuters el presidente del sindicato de trabajadores de la instalación.
Para arrancar nuevamente la unidad fue necesario detener otras áreas y de esa manera destinar al craqueador la limitada provisión de servicios industriales -agua, vapor y electricidad- con que cuenta la refinería.
«Ya el FCC arrancó, pero la refinería está trabajando a un tercio de su capacidad mientras se resuelven los problemas en el suministro de servicios», dijo Ángelo Meier, presidente del sindicato.
La refinería curazoleña, con capacidad para procesar 335.000 barriles por día (bpd) de crudo y con una amplia red de almacenamiento, ha estado operando a bajas tasas en los últimos años por frecuentes problemas en la provisión de servicios industriales que le presta el Gobierno de la isla.
El craqueador, que sólo operó este año entre marzo y julio, es fundamental para la elaboración de gasolinas y diesel, en medio de las deficiencias que enfrenta el circuito venezolano de refinación tras una explosión en agosto en su mayor planta y una seguidilla de incidentes operacionales.
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