La cabaña número 11 del Parque del Este será el lugar de encuentro de los pacientes con diabetes, quienes recordarán el Día Mundial de la Diabetes, instaurado por la Organización Mundial de la Salud el 14 de noviembre.
“En vista de que nuestro día fue un miércoles, quisimos hacer esta actividad el sábado siguiente (17 de noviembre), a partir de las 8:30 de la mañana, con actividades recreativas e informativas”, dijo Anna de Briceño, miembro del grupo de apoyo “Dulces Valientes”.
Realizarán juegos, bailoterapia, actividades para los niños y charlas informativas sobre la enfermedad y sus novedosos tratamientos.
Recalcó que este grupo nació como una inquietud de madres con hijos diabéticos, pero poco a poco se han integrado pacientes jóvenes y adultos.
“Tendremos un compartir de alimentos saludables”, reseñó.
Entre la información que proporcionarán estará la bomba de insulina, que gracias al conteo de carbohidratos pueden usar todos los pacientes dependientes de la insulina para una mayor libertad y calidad de vida.
“Hasta ahora sólo tenemos 200 pacientes con bomba de insulina en Venezuela, porque es un aparato costoso y aún los seguros no quieren incluirlo en las pólizas”, agregó.
La señora Anna tiene un hijo con diabetes, a quien se lo diagnosticaron cuando tenía 7 años, en la actualidad cuenta con 9.
“Lo supimos después de notar que siempre tenía mucha sed, por ende orinaba a cada instante. Le mandaron a hacer la glicemia y luego nos dieron la noticia”, contó.
Más que un club
Nathaly Valenzuela, psicóloga y paciente diabético desde los 5 años de edad, contó que el grupo de apoyo “Dulces Valientes” nació por la inquietud de quienes no pertenecían a alguno de los clubes que funcionan en los ambulatorios.
“No sólo buscamos tener los medicamentos o glucómetros, sino interactuar con otras personas que también están pasando por la misma situación e intercambiar experiencias, consejos y hasta recetas de comida”, recalcó Valenzuela.
Indicó que para ellos la diabetes no es una enfermedad, sino una condición de vida, en la cual cada quien decide si la controla o se deja llevar por ella.
“Dulces Valientes” busca ser una guía para los pacientes, porque la mayoría al tener el diagnóstico se preguntan por qué les pasó y se sienten únicos en el mundo.
“El objetivo es que nos sintamos apoyados, refugiados y escuchados por quienes han pasado por las mismas situaciones”, agregó.
Por su parte, la más joven del grupo organizador del compartir, Gabriela Guillén, de 18 años de edad, dijo que a pesar de su diagnóstico a los 16 años su vida ha seguido un curso normal.
“Yo hago natación y practico kickinball, pero puedo hacerlo gracias a la bomba de insulina que programo para cada actividad y por el conteo de carbohidratos”, señaló.
Recordó que su padre se preocupó mucho al momento de saber que su hija era diabética, pero al verla que aceptó su condición y no se dejó controlar por la enfermedad está mucho más tranquilo.
“Al verme bien, brincando, saltando y haciendo mis actividades normales, mi papá me dijo que eso lo llenaba de paz”, contó Gabriela.
Se debe hacer énfasis en la prevención
En la Biblioteca Pío Tamayo se realizó un compartir con los pacientes diabéticos registrados en el programa regional endocrino-metabólico, adscrito a la dirección de salud.
Nancy Paredes, coordinadora del programa, dijo que un 5% a un 7% de la población general tiene riesgo de padecer diabetes.
Dijo que tienen registrados casi 7.000 pacientes en Lara, quienes reciben sus medicamentos y glucómetros al día.
El viernes tendrán una actividad en el Parque del Este para los niños que están en el Club de Diabetes, con la presencia de cuenta cuentos y más sorpresas.
Fotos: Rinolfo Quintero/Simón Alberto Orellana