La deuda sigue pendiente con los habitantes del municipio Simón Planas. La carretera Manzanita-Gamelotal está destruida desde hace varios años. La rehabilitación que hace unos meses dejó entrever el Gobierno nacional no terminó por concretarse.
¿Las consencuencias? El descontento en las comunidades y/o caseríos que se encuentran a lo largo de la vía. Hasta los vehículos rústicos que frecuentan la zona resultan perjudicados con la deplorable apariencia vial. No existe asfalto en buena parte del camino.
Pablo Gil, vecino del caserío El Totumo, declaró que inicialmente habían movilizado unas maquinarias hasta el sitio para iniciar con las mejoras en la carretera y, al cabo de uno días, fueron retiradas y no volvieron a dar señales de reparación.
“Se va a cumplir casi un año, desde que paralizaron los trabajos de reparación de la vía. Nos preocupa porque el polvo es permanente en la vialidad, llega hasta nuestros hogares y las personas sufren alergias con mucha frecuencia. A los productores tampoco les causa gracia”, dijo el habitante.
Otras necesidades
Las personas que habitan en Manzanita y Gamelotal, pierden las esperanzas de ser atendidos por las autoridades competentes. Necesitan asistencia en salud y educación principalmente. La población de niños es muy alta y, por desdicha, las infraestructuras escolares no son las mejores.
A las instituciones educativas de éstas comunidades no sólo faltan las computadoras Canaima que entrega el Estado a través del Ministerio de Educación, sino que las instalaciones carecen de mantenimiento, de implementos didácticos y hasta de insumos para realizar la limpieza. Marta Camacaro, residente de Manzanita, explicó que los infantes necesitan además de espacios deportivos para complementar la asignatura de Educación Física y, al mismo tiempo, garantizar la sana recreación de los pequeños, adolescentes y jóvenes del sector. Mientras que en la salud, el ambulatorio parece el enfermo, en lugar de las personas que acuden a él.
Hay voluntad por parte del reducido personal, sin embargo, hace falta de todo para el buen funcionamiento.
Asimismo, piden que las personas de la tercera edad, reciban mejores atenciones en los programas de alimentación y también puedan recibir dotación de las medicinas. La mayoría de los abuelos, contó Camacaro, no cuenta con el dinero para costear los medicamentos necesarios para los tratamientos de la presión arterial y diabetes, entre las enfermedades más comunes.
Por último, los habitantes solicitan soluciones habitacionales para aquellas familias que aún conviven en humildes casas de bahareque o viven en casas de parientes. Si bien están inscritos en la Misión Vivienda, promovida por el Gobierno nacional, es necesario ejecutar los proyectos para el beneficio de los más necesitados.
Aunado a las casas con las que sueñan, piden la instalación de los servicios públicos, sobre todo, la red de cloacas debido a que los pozos sépticos se desbordan fácilmente en épocas de lluvias.
Sin las cloacas, la proliferación de enfermedades está latente en medio de los vecinos.
Fotos: Elías Rodríguez
