Quienes osan transitar por las calles de la Urbanización Las Acacias de Cabudare, tienen la impresión de estar en un pueblo de posguerra. No hay una sola arteria, en la localidad, que no exhiba un hueco.
Jesús Alvarado, habitante de Cabudare y dirigente juvenil de Proyecto Venezuela, destacó que entre la Avenida 8 y la calle 5 del urbanismo, la juventud de PV, contabilizaron 54 cráteres de todas las dimensiones.
El dirigente sostuvo que en conversaciones con los vecinos de la zona, constató que la zona no es beneficiada con un plan de asfaltado desde la gestión de Carlos Segura, por tanto el deterioro de la carpeta asfáltica.
-Los vecinos se ven en la penosa obligación de rellenar las enormes cavidades lunares con arena y escombros, para por lo menos no dejar el tren delantero de los vehículos en el sitio, subrayó Alvarado.
Indicó que hay troneras que se han fusionado, convirtiéndose en un colosal cráter que ocupa todo el ancho del corredor, lo que afecta sobremanera los automotores de los vecinos, que son los que transitan diariamente por el abandonado lugar.
Observó que dentro de los planes de asfaltado de la Alcaldía de Palavecino, no figura Las Acacias bajo el aborrecible concepto que la zona es poco transitada.
La tiniebla es general
Asimismo, Alvarado refirió que Las Acacias está en penumbras.
-En las calles reina las tinieblas. Las luminarias existentes son una luz tan tenue que más alumbran los bombillos de las casas vecinas, como en el siglo XIX, plasmó el dirigente juvenil.
Esto por supuesto, precisó, mantiene angustiados a los residentes, porque la zona es asediada por delincuentes, casi todos motorizados, que rondan la urbanización en busca de víctimas.
Los robos a mano armada se dan con afán en Las Acacias, dijo, bajo el amparo de las sombras.
La suciedad abriga el sector
Pero aparte del rosario de huecos que posee las calles de Las Acacias, y la oscuridad general, se encuentra un elemento no menos indeseable: la insalubridad.
Aseguró el dirigente de Proyecto Venezuela, que son muchas las aceras repletas de monte.
Los escombros son parte de esta situación insalubre, detalló, depositados en las aceras del urbanismo, lo que impide que el peatón camine por las mismas.
Pero aparte de los escombros, están los indeseables desechos sólidos que permanecen allí por semanas, de donde se desprende olores insoportables e infecciosos.
Instamos al Gobierno municipal, atender esta problemática esbozada, a la brevedad, porque el alcalde Richard Coroba, está obligado por ley, no es un ruego de los vecinos, es una exigencia.
Fotos: Luis Alberto Perozo