Un nuevo ciclo de violencia escolar se registra esta semana en el Liceo Bolivariano Pastor Oropeza, protagonizado por sus propios estudiantes y con consecuencias físicas directas en el personal que labora en la institución.
Ante la situación, el personal directivo, docente, administrativo y obrero se reunió en asamblea extraordinaria durante la mañana del lunes, y de allí decidieron trasladarse a la sede de la Zona Educativa con el propósito de exigir mayor seguridad y resguardo a su integridad física.
Los disturbios comenzaron a registrarse el jueves 8 de noviembre, fecha en la que derribaron uno de los portones del plantel. Pero, la situación se tornó más violenta durante la mañana del lunes, cuando un grupo de estudiantes comenzó a detonar varios explosivos dentro de la institución. Al percatarse de la situación y en un intento por frenar su avance, el personal decidió despachar a los alumnos y cuando el portero se acercó a la salida le cayó un explosivo en el pie que le causó fractura en un dedo y quemaduras de segundo y tercer grado.
Se conoció que minutos antes, la propia subdirectora del liceo recibió un golpe con un objeto contundente en la nariz. Lo ocurrido, los llevó a suspender las actividades académicas de forma indefinida.
Jenny Parra, subdirectora Administrativa del Pastor Oropeza, dijo durante la concentración en la Zona Educativa que los disturbios y la violencia dentro de la institución ya no se pueden tolerar.
Deficiencia de infraestructura y servicios
Según la subdirectora Administrativa, los estudiantes del plantel alegan que su actuación obedece a la existencia de problemas que no han sido solucionados por parte de la Zona Educativa.
Entre otras cosas, reclaman la disminución de las bandejas servidas del Programa de Alimentación Escolar (PAE). A la fecha reciben un total de 80 bandejas, cuando se deberían beneficiar alrededor de 200 estudiantes.
La situación de la cancha deportiva es otro de los motivos de su reclamo. Según la docente son muchos los oficios que han introducido ante las instancias con competencia educativa, sin que reciban respuestas. A esto se suma la disponibilidad de un solo baño para los estudiantes y de una sola área de usos múltiples.
Los representantes de la institución fueron atendidos por funcionarios de la Zona Educativa, quienes les recomendaron elaborar un Plan de Contingencia para abordar a los jóvenes que registran conductas violentas y para paliar la ausencia de alrededor de 20 docentes que asisten a los cursos de la Misión Alma Máter.
Respecto al portón que fue derribado, prometieron comunicarse con el personal de Moral y Luces en aras de buscar una solución.
La comunidad educativa del liceo volverá a reunirse este miércoles, para definir se reinician o no las actividades.
Gremio obrero rechaza la agresión
Silvio Segura, presidente del Sindicato de Obreros, acompañó al personal de Liceo Pastor Oropeza durante la concentración realizada en la Zona y declaró que la situación de violencia escolar se repite con frecuencia en varios planteles de la región.
“Lo más grave de lo sucedido es que el obrero que resultó herido carece de implementos de higiene y seguridad, por eso le pedimos a Gisela Cañizález que atienda a los gremios… seguiremos en pie de lucha, si no se garantiza nuestra seguridad realizaremos otras acciones similares para defender nuestros derechos”.
Por su parte, la docente Gloria Camacho junto con Bella Rodríguez, miembro del personal administrativo, manifestó su tristeza por la poca participación de los padres y representantes en la asamblea realizada el martes. “Es triste que a los padres no les preocupe este problema, solo asistieron 130 representantes de los 700 alumnos que conforman la matrícula del plantel”.
Los estudiantes que derribaron el portón están identificados y sus padres fueron convocados, pero han hecho caso omiso.
Fotos: Daniel Arrieta