#Opinión: Desvaríos en el juego político Por: Adelso González Urdaneta

Cuando uno se inscribe en un partido político la más absoluta libertad personal se afecta de alguna manera, pues luego de la obvia discusión  en los cuerpos colectivos competentes se dan los lineamientos de comportamiento político de la militancia. De ahí que si una persona es demasiado individualista lo más aconsejable es no militar en ningún partido político. En las organizaciones partidistas el exceso de personalismo choca con el natural e institucional colectivismo. Los estatutos y demás instrumentos de cada partido lo definen con suficiente claridad, al referirse a los derechos y deberes del militante, así como a otros aspectos definitorios.
La referencia anterior me viene  a la memoria cada vez que se da en el escenario público una actitud que pudo evitarse, dado el daño que ello hace tanto a la organización como al propio individuo, mientras el adversario o contrario se pone de fiesta. ¿Acaso esto es lo sucedido con unos jóvenes diputados suplentes que renuncian nada menos que a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)?, especie de estructura unitaria multipartidista de reconocimiento y prestigio nacional e internacional, por los varios haberes logrados en su nada fácil actuación en el curso de estos años.
Ese tipo de conducta personalista siempre tiene su explicación, aunque sin justificación, a la luz de lo más elemental en el juego unitario y partidista. ¿Qué motivos reales habrá? Algunos lo sabrán y no faltarán quienes lleguen a la exageración o digan la verdad. ¿Podrá ser lo más inocente, que es la falta de suficiente maduración política en esos jóvenes? El tiempo en estas cosas, andando con su dinámica, es lo que permite el mejor juicio al respecto.
Mientras tanto la misma MUD y sus organizaciones partidistas comprometidas están obligadas, en la evaluación que hagan sobre el 7-O, a examinar suficientemente y en forma constructiva, toda su actuación en sus diversas expresiones. La sincera autocrítica y la sana crítica no pueden estar ausentes en tan exigente responsabilidad, en resguardo de ella misma y de su presente y futuro. Asimismo debiera hacerlo cada partido político en su propio ámbito y ante la sociedad en general. Mucho más, estando en el camino las próximas elecciones para gobernadores y legisladores regionales en toda Venezuela.
Ojalá lo recientemente sucedido con los jóvenes diputados suplentes, que han renunciado públicamente a la MUD, no se convierta para otros en un buen precedente. Aunque he leído y escuchado rumores e informes que no los dejan para nada bien parados. ¿Serán ellos capaces de reflexionar suficiente y políticamente? ¡Ojalá!