La Vuelta al Zulia se le escapó por un puñado de segundos. Pero igual se siente ganador. Es el caso del barquisimetano Randall Figueroa, pedalista de 23 años que le plantó cara al súper veterano Gil Cordovés e hizo tambalear su reinado en la prueba reina de los embaladores.
Figueroa cerró la carrera con un trío de victorias, pero no le alcanzó para destronar a Cordovés, quien amplió su récord al ganar su octavo trofeo en los últimos 12 años. Al final, el déficit del crepuscular, formado en la Escuela Central de Ciclismo pero representante de Carabobo, fue de ocho segundos, en lo que ha sido uno de los duelos más emocionantes de los últimos tiempos.
“Hubiese querido ganar, pero fallé en algunos detalles y se me escapó el título. De todos modos estoy contento, porque ha sido una gran actuación. Es la tercera vez que vengo y siempre he ido mejorando”, destacó el corredor de 23 años, quien se perfila como un futuro protagonista en el tema de las llegadas masivas y candidato a tomar el testigo de Cordovés, una vez el antillano decida colgar la bicicleta.
Figueroa participó por vez primera en 2010 y terminó con un desempeño positivo, toda vez que logró entreverarse dentro del “top ten”, acomodado en el tercer lugar. Al año siguiente firmó un destacado cuarto lugar, además de ganar una etapa (en los Puertos de Altagracia).
Para esta edición, el barquisimetano aspiraba a dar otro salto al frente, pero logró cosas inesperadas, porque no estaba planteado, en principio, que fuera el punta de lanza en las llegadas masivas, teniendo por delante a Jesús Pérez y Honorio Machado. Todo dio un vuelco cuando Pérez, en un acto de profesionalismo, decidió sacrificar sus aspiraciones para servirle como gregario.
“Parte de esto se lo debo a Jesús Pérez, que se ha portado como un caballero. Él hizo una gran preparación y venía con intenciones de pelear el título, pero decidió sacrificarse y ponerse a mi servicio, al servirme como lanzador y colocarme un gran tren de carreras en los tramos finales de cada etapa. Con lo que hizo ha demostrado que es un gran profesional”, resaltó Figueroa para agregar que “el día que llegamos a Villa del Rosario su trabajo fue tan bueno (el de Jesús Pérez) que me puso un paso fuerte y me costó rebasarlo luego, pasando por la meta a 73 kilómetros por hora”.
Por ahora, el promisorio rematador no logra el sueño de levantar el trofeo de campeón –como lo hizo su padre, Mario Figueroa, en par de ocasiones- pero prometió volver más fuerte para la edición de 2013 para, en definitiva, acabar con el reinado del cubano nacionalizado venezolano.
Cordovés no para
Gil Cordovés amasó su octavo título, pero su hambre de triunfos no cesa, razón por la que reitera no tiene planeado dejar las competencias.
“Cada vez estoy mejor, tanto así que me asusta la condición que ahora mismo tengo. Voy a seguir en las competencias, pero también depende de lo que pueda arreglar con el equipo, porque, como profesional, vivo de esto y necesito la motivación para seguir levantándome cada día y entrenar duro… otros equipos me han preguntado que cuánto me va a pagar Gobernación del Zulia, pero no estoy interesado en correr con otra escuadra”.
Lo de Cordovés es notable, porque, a sus 47 años, se muestra intacto en condiciones. El secreto, según señala su entrenador Alexis Méndez, es la disciplina y dedicación.
“Es un corredor que se cuida mucho y es muy planificado en su trabajo. Poca gente entrena como lo hace él y eso lo hace ser diferente, mantenerse vigente y ganarle a corredores que son mucho más jóvenes. Es un caso único en el mundo”, elogió el una vez campeón del giro tachirense.
Por ahora, el retiro de Cordovés parece estar muy lejos.
Foto: Luis Salazar