El Síndrome del Bournout o “quemado” define al trabajador cansado o fatigado, bien por situaciones de estrés o de falta de motivación en su empleo, bien sea por un salario bajo o por la nulidad de estímulos.
Así lo explicó el médico Rubén Lopera durante las XLVI Jornadas Pineda, que se realizarán hasta el viernes en el auditorio del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, con motivo del aniversario de este centro de salud.
El tema fue “Estrés hospitalario y sindrome Bournout”, el cual sirvió para recordar la presión que tiene todo el personal de salud al momento de atender un paciente grave y luego las preguntas o desesperación de sus familiares, que muchas veces se convierte en violencia hacia ellos.
Cuando hay grupos tiende a haber problemas interpersonales si no se canalizan con una buena forma de comunicación.
“También si hay malentendidos entre jefes y empleados; entre personal de salud y familiares; entre pacientes y enfermeras; eso ocasiona un estrés que además puede ser modificado por los problemas que cada uno trae de su casa”, estableció Lopera.
Señaló que cuando un individuo se siente agotado o despersonalizado de su organización podría generar una situación que amerite la ingesta de medicamentos y ayuda psicológica.
“Porque también hay estrés positivo, el que sirve para motivar, hacer y ejecutar, pero debemos saber diferenciarlo”, aseveró.
Este síndrome puede acarrear problemas gástricos, dolores de cabeza, insomnio, por lo cual se incrementa el ausentismo laboral.
Medir riesgos, no evadirlos
Gian Carlos Guidice, jefe de planificación y control de gestión del Hospital Central, habló sobre la valoración necesaria y oportuna al paciente antes del acto quirúrgico.
Explicó que los exámenes que se conocen como “pre-operatorios” deben tener una utilidad, bien sea para el cirujano y anestesiólogo, quienes en su área querrán conocer los valores del paciente.
De esta manera, se sabrá hacia dónde van y los posibles riesgos de la operación, para estar prestos ante cualquier situación.
Además, se debe explicar al paciente lo que se realizará con la mayor claridad, porque él tendrá que aprobar (o desaprobar) el acto quirúrgico con lo que se denomina: consentimiento informado.
“No es nada más el sistema prestador del servicio que tiene responsabilidad de cuidar la salud del paciente, también lo tiene cada persona en mantenerse saludable, como lo establece nuestro marco jurídico”, dijo Guidice.
Recalcó que el médico debe ser veraz en la información que ofrezca a su paciente, sin tener una agenda oculta.
“El objetivo es conocer los riesgos que se podrían presentar durane el acto quirúrgico, no evadirlos”, apuntó Guidice.
Continúan las conferencias
Para este martes, se abordarán charlas sobre la gerencia médica en el área de la emergencia de adultos; arteriopatía aguda en emergencia no a la amputación; campaña de supervivencia ante una sepsis y manejo de la hipertensión arterial.
Para finalizar, las doctoras Mariana Barreto y Patricia Torrealba presentarán varios casos clínicos.
Fotos: Daniel Arrieta