El súper dotado ciclista Gil Cordovés, intacto en condiciones pese a tener 47 años, rodó sin problemas el trayecto de la sexta y última etapa de la Vuelta en Zulia en bicicleta para conservar el liderato y coronarse campeón de la competencia por octava vez en su exitosa carrera.
Cordovés entró detrás del barquisimetano Randall Figueroa –ganador del circuito de cierre en la avenida Los Haticos de la capital zuliana- pero el colchón con el que había llegado a la jornada final le permitió mantener la camiseta amarilla y levantar nuevamente el trofeo de campeón.
En un circuito de 118 kilómetros, corrido bajo una elevadísima temperatura, con buena presencia de público y a las orillas del Lago de Maracaibo, Figueroa, otro protagonista de la prueba, superó, a pura potencia, a Xavier Quevedo para cerrar con broche de oro y terminar como el máximo vencedor de porciones en la recién finalizada edición.
Cordovés había llegado con la determinación de obtener la victoria en la porción final, pero se tuvo que conformar con el tercer lugar, perjudicado por una “maniobra ilegal”.
“Uno de los ciclistas de ellos (Carabobo) me tiró la bicicleta y me empujó a un lado. Nadie vio nada, pero fue algo que pasó durante toda la carrera, por eso no pude ganar más etapas”, disparó el siempre polémico corredor.
Al margen de ello, Cordovés dio otra lección de profesionalismo, con regularidad en todas las jornadas y una condición física inmejorable, mucho mejor que corredores más jóvenes.
El embalador estrella del equipo Gobernación del Zulia finalizó la competencia con tiempo global de 13 horas y 50, minutos, dentro de una prueba que registró elevados promedios de carrera desde la primera hasta la última fracción. Su ventaja sobre Figueroa fue de ocho segundos, corredor revelación del equipo carabobeño.
El podio lo completo Quevedo, quien mantuvo distanciado al quiboreño Honorio Machado en la lucha por el tercer lugar, al ingresar segundo en la meta.
“Son ocho títulos con este y me siento muy contento. Desde el primer día dije que me sentía bien y lo he demostrado en carretera… siento que con el correr de los años, lejos de ser más difícil, me siento muy cómodo”, señaló Cordovés, luego de su paso por la raya final.
Indicó que el secreto para mantenerse vigente es ser disciplinado y tener dedicación en los entrenamientos, proceso en el que tiene como gran aliada a su esposa.
“Hasta yo mismo estoy asustado con el nivel que tengo, cada vez me siento mejor… eso es una señal de que el ser humano no tiene límites, a menos que uno mismo se los coloque”, agregó el corredor, quien dice no tener planeado retirarse y está muy cerca de renovar con el elenco zuliano.
Por su parte, Figueroa, nacido en Lara pero representante de Carabobo, admitió estar contento con su resultado en el giro de Coquivacoa. “Voy en progreso, cada año he mejorado. La primera vez vine e hice octavo, luego cuarto y ahora segundo, con tres etapas ganadas. Todo esto es obra del trabajo de mi papá, quien me diseña el plan de entrenamientos y está siempre pendiente”.
El ciclista de 23 años es hijo de Mario Figueroa, ganador en dos ocasiones de la Vuelta al Zulia y que llegó a correr con Cordovés, cuando este último llegó a Venezuela para insertarse en la ruta. El cubano llegó a ser lanzador de Figueroa en los embalajes, pero luego los roles se invirtieron.
En la jornada de cierre, la nota destacada la puso el caroreño Enrique Nieves, del equipo Alcaldía de Iribarren, que se involucró en una fuga de ocho corredores y embolsó dos premios intermedios, uno de ellos bonificable, lo que le hizo subir del octavo al sexto lugar, dentro de una carrera en la que la tropa crepuscular termina con buen balance.
Foto: Luis Salazar/Enviado especial