Para muchos cabudareños la Plaza Bolívar es sinónimo de espacio para el encuentro y las crónicas del pueblo, para otros, un lugar sagrado construido para rendirle perpetuo y perenne tributo a Simón Bolívar, Libertador de América.
No obstante, hoy este espacio luce abandonado, sucio y la efigie del hombre grande, inmunda.
199 años de la primera visita
Hoy, Cabudare está de fiesta. Hace 199 años, Simón Bolívar y sus tropas acamparon bajo la sombra del histórico jabillo, en donde el libertador pasó revista a su ejército antes de partir al encuentro de Tierritas Blancas, desarrollado en la meseta de Barquisimeto.
Pero ni por celebrarse un año más de ese episodio significativo para los cabudareños, la municipalidad pudo ordenar la rehabilitación de la estatua pedestre del Padre de la Patria, hoy opacada por la mugre.
Patineteros hacen de las suyas
Según Juan Urriola, vecino de Cabudare y personaje popular, refiere que luego de las tres de la tarde, es prácticamente imposible permanecer en la señalada plaza, dado es invadida por un grupo de muchachos en patineta, que utilizan los corredores del espacio como pista.
Igualmente, Urriola explica, que los bancos de la plaza y el pedestal que soporta la estatua pedestre de Simón Bolívar, son utilizados como obstáculos para las distintas piruetas y movimientos de los patineteros.
Cuatro de los bancos de granito fueron arrancados del piso, y otro yace despedazado por la acción vandálica.
El delicado mármol negro del pedestal de la estatua está partido en múltiples pedazos.
La placa que reseña la dos visitas del Libertador a Cabudare, está rayada por escolares que sin ningún sentido de pertenencia o respeto, la utilizan para dejar grabado sus nombres y mensajes.
En total ruina
Pero la ruina de la plaza se prolonga entre la mugre del piso “que sólo es barrido pero jamás lavado”, afirma a modo de gracia con sarcasmo Juan Urriola.
Me preocupa, dice con pesar, que todo el mundo venga a la plaza a hacer de las suyas y no haya autoridad que evite estos males.
Los borrachitos, prosigue, invaden los bancos que quedan para pasar la embriaguez, y hacen sus necesidades fisiológicas entre las plantas.
Un poco de historia
Este espacio fue conocido como Plaza La Iglesia, más tarde Guzmán Blanco y luego Sucre.
Fue construida bajo la administración de Juan de Dios Ponte como presidente del cabildo y se inauguró como Plaza Bolívar el 24 de junio de 1931.
En la década de los 60, el busto de Bolívar fue cambiado por la actual estatua.
Fotos: Luis Alberto Perozo Padua
