#Opinión: A Rafael Ramón Vásquez Dávila (Cielito Lindo) Por: Vinicio Guerrero Mendez

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De carácter fuerte, luchador, emprendedor con voz de mando y decidida. Sombrero pelo e guama de medio lado, pantalones tipo padrino, camisa blanca y zapatos estilo “mocazine” hacían  la diferencia entre los hombres del lugar. De buena labia, enamorador y carismático. No le temía al trabajo fuerte. En su vida  enfrento muchas dificultades superadas desde su infancia. Tuvo la capacidad de enfrentar la pobreza y salir adelante. A pesar de su avanzada edad mostraba agilidad en su andar y habilidad para recordar y dirigir los asuntos  de su interés.
Bromista, parte del folklore e inventor de juegos como la carrera de cintas. Fue el primer jinete del pueblo y formaba parte de la cultura y tradición de Calderas, pequeña población del estado Barinas. Humanitario por demás, creía profundamente en Dios e allí su don de buen samaritano que nos permitió reconocer su dignidad como persona, aunque la enfermedad haya alterado su existencia.
Don Rafael dejo de existir el día 29 de septiembre de este año. Curiosamente expiro el día del reposo del Señor, bendito y santificado (sábado) (Éxodo 20:8) y su sepelio el día de la luz (Domingo).
Por la importancia de este personaje y los hechos relatados aquí  fue muy poca la asistencia a sus exequias, sin contar lo accidentado de esos días: El ultimo novenario como es tradición en este pueblo debía llevarse a cabo una misa la cual no sé por qué razones se obvio el toque de campanas y no pudo ser realizada por el sacerdote del lugar a la hora indicada, y fue reemplazado por un diacono;  horas más tarde el sacerdote se dirigió al lugar de la novena y la realizo. Antes de cumplir el mes tampoco en la misa de indulgencias hubo toque de campanas. Más aun al cumplirse el mes de su partida la misa siendo obligatoria por tradición  no se pudo realizar ese día, debido a serios compromisos del sacerdote.
Aunque fue solo un año el privilegio de conocerle, disfruté de su compañía compartiendo gratos momentos. Hoy me siento profundamente agradecido de haber servido a tan noble compañero y amigo.
La conclusión es que para mi querido suegro conocido cariñosamente como “Cielito Lindo” las campanas que no sonaron en su pueblo repicaron en el cielo anunciando su llegada a las moradas celestiales del Señor. Paz a sus restos.
¡La oración! No la dejes nunca por nada. Ella da brillo a tus ojos, ardor a tu corazón, fuerza a tu voluntad. Persevera todos los días, sin desistir y Dios te escuchará.
Afectuosamente,

Imperfecto.
[email protected]

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