En la UCI del Hospital Central sólo funcionan seis camas

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Por ser un centro de referencia, el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda recibe a la mayoría de los heridos por accidentes de tránsito y armas de fuego, entre otras patologías graves, no sólo del estado Lara sino también de toda la región centroccidental.
Estos pacientes ameritan ser ingresados a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para poder sobrevivir, donde labora un personal capacitado y cuentan con los equipos requeridos para estas áreas.
Sin embargo, de las instituciones públicas, el AMP sólo cuenta con seis camas para estos pacientes, tomando en cuenta que la estadía de cada persona es larga, por lo cual la espera de quienes requieren el cupo puede significar su vida o muerte.
Dentro de las Jornadas Médicas por el aniversario de la UCI del Hospital Central, que lleva por nombre Orlando García, realizadas en el auditorio del Colegio de Médicos, un grupo de conferencistas abordaron temas de relevancia en la medicina crítica como el manejo actual del paciente quemado, resistencia bacteriana, cuidados de enfermería en el probable donante, entre otros.
El homenajeado fue Asdrúbal González, quien trabajó como jefe del servicio de UCI por más de una década y ahora es el coordinador de postgrado de Medicina Crítica de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), para el cual manejan 6 cupos para el primer año y 6 cupos para el segundo año, pero debido a la migración de los médicos venezolanos, cada año quedan cupos vacíos en casi todos los estudios de cuarto nivel.

Sin insumos
Erika Silva, una de las conferencistas, emergenciólogo e intensivista, habló sobre el manejo del paciente quemado, el cual señaló como muy complejo.
“Es muy importante para nuestro país tener Unidad de Quemados, porque somos un país petrolero y estos accidentes son más frecuentes, sin embargo contamos con sólo tres en el país: en el Hospital Militar de Caracas y en el Hospital Coromoto de Maracaibo y en Táchira, que no llegan a 30 camas”, explicó Silva.
A su vez, precisó que la vida de un paciente quemado depende de su estadía en la UCI, y en ocasiones no hay disponibilidad para atenderlos en el Hospital.
“Otro problema es el déficit de insumos, todo lo tienen que comprar los pacientes. No contamos con soporte ventilatorio, muchas veces con los medicamentos adecuados, en varias oportunidades ni siquiera las soluciones para colocárselas a los pacientes. Trabajamos a medias, porque el ambiente no es el más adecuado”, agregó.
Señaló, que la mortalidad para casos de pacientes quemados es alta, de cinco pacientes que ingresan aproximadamente tres mueren.
“Si se hace un tratamiento a tiempo y continuo se pueden salvar”, dijo.

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Foto: Simón Alberto Orellana

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