Lady Gaga Inigualable en su concierto en Bogotá

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“¡Gaga… Gaga… Gaga…!”, gritaba a todo pulmón el público que se acercó al estadio El Campín, Bogotá, el pasado martes 6 de noviembre; mientras esperaban a su diva norteamericana, Lady Gaga, quien por primera vez visitaba al hermano país con su gira mundial The Born This Way Ball.

No pasará por Venezuela, pero EL IMPULSO se movilizó hasta Bogotá para hacer una cobertura especial de este concierto esperado por muchos.

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La excéntrica cantante de 26 años ofreció un apoteósico show de dos horas, con el cual dejó en evidencia el talento que la ha consagrado como una de las grandes estrellas pop del momento, quien ha vendido miles de copias desde su álbum debut en el 2008. Ofreció un espectáculo musical teatral que contó con extravagantes atuendos y accesorios.

Al pisar la tarima, la joven se convierte en un huracán sin límites. Baila, canta y se lanza al piso con su blonda cabellera, junto a su cuerpo de baile que la hace elevarse hasta el cielo. Cada canción tiene su propia puesta en escena, con un traje único. No necesitó pirotecnia ni videos para embelesar a sus fanáticos, quienes la ovacionaron en todo momento.

Experiencia irrepetible

Más de 20.000 personas, de diferentes edades, muchos menores de edad acompañados por sus padres, se acercaron al estadio para ser testigo del ícono musical del momento, quien no solo ha estado en boca de todos por su voz, sino por sus irreverencias y controversiales actuaciones, donde el pudor no cuenta, y el costo tampoco.

Llegó con un impresionante castillo medieval, de 25 metros de altura, del cual se desprendió lo más amargo y dulce de la vanguardia pop. Antes de su aparición, se subió en el escenario el Dj estadounidense Lady Starligth y los británicos The Darkness, quienes regalaron 40 minutos de su música.

A las 9:05 p.m. se desprendió el telón y comenzó la experiencia inolvidable de los amantes colombianos de Lady Gaga. La algarabía se apoderó del recinto. Un caballo entró con esta irreverente cantante, quien llegó con un traje negro, velo oscuro y rodeada de gárgolas para recorrer una pasarela que hacía una letra “U” frente al escenario. Una travesía que realizaría en varias oportunidades para estar más cerca de sus pequeños “Little Monsters” (pequeños monstruos), como ella ha definido a sus fanáticos.

Con la fuerza que la caracteriza, comenzó su repertorio con el tema Highway Unicom (Road to Love). Luego se bajó del animal y se perdió en el castillo para descender por unas escaleras al ritmo de Government Hooker y moverse de forma insinuante sobre uno de sus bailarines para conmocionar a los presentes.

Siguió con Born This Way, donde se abrió el castillo y apareció el cuerpo de una mujer -en grandes proporciones- en posición de parto. De su vientre salió Gaga como un bebé que llega al mundo, con un traje largo de color ocre. Luego deslumbró con un sombrero y traje amarillo, con grandes caderas, para cantar Black Jesus + Amen Fashion.

Como si estuviera volando -apenas tocaba el piso-, apareció con un largo vestido blanco y dos bailarinas con el mismo atuendo, para recorrer la pasarela con el tema Bloody Mary. Desapareció y la sorprendente estructura abría y cerraba sus puertas. Entró al proscenio una cápsula blanca de la cual saldría la “Madre Monstruo”, con un pequeño traje blanco y una máscara con cuernos para interpretar su clásico Bad Romance.

Se colocó un traje rosado y sombrero antes de cantar Fashion of His Love. Luego interpretó Paparazzi y Just Dance. Para regalar a sus seguidores el tema Love Game, apareció en la pasarela con un vestido negro, corto, y una corona de puntas como la estatua de La Libertad. Se quitó el tocado y bailó enérgica con el tema Telephone.

Mientras enloquecía a los colombianos, en su país había sido reelecto Obama, a quien recordó en su show. Con ímpetu expresó que ella era un alma libre, que nadie la gobernaba, sólo ella. Le pidió a los presentes trabajar por un mundo diverso y plural, donde exista el respeto, sin importar condición social o sexual porque todos tenemos derecho a la vida.

Apareció en una moto, donde iba acostada, todo su pecho pegado a la estructura para cantar Heavy Metal Lover y luego Bad Kids. Por momentos se subía el short negro para mostrar su trasero con irreverencia y el público la ovacionaba.

Como muestra de afecto, le lanzaron varios regalos, un afiche que leyó, un poncho que se colocó de inmediato y hasta unos zapatos inmensos con unos tacones exorbitantes.
Pidió subir a dos de sus fans para que la acompañaran con el tema Hair. Ella, sentada en la moto que tenía un piano, tocó el instrumento. Los dos jóvenes enloquecieron tomándose fotos con la artista, quien los abrazó y besó.

Enviada especial:
Mayelit Valera

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