#Opinión: ¿Ideología? ¡Yo te aviso! es ¡mentalidad! Por: Leandro Rodríguez Linarez

La gran ventaja de Venezuela es su gran debilidad y viceversa, es decir, es un país inmensamente rico, con recursos naturales tan diversos, incuantificables y florecientes a lo largo de toda su extensión geográfica que, a pesar de ser pésimamente administrados y planificados, exhibe un poder comercial de consumo comparable con cualquier país (desarrollado) de la Europa Nórdica, con la diferencia que esas naciones cuentan con servicios públicos eficientes y aquí en Venezuela ni los semáforos están coordinados. ¿Por qué? fíjense:
En esos países está enclaustrado en la psiquis colectiva que los gobernantes, todos, son empleados obligados a rendir resultados positivos, ciertamente convocan a través de partidos políticos, pero a diferencia de nuestro país, los partidos políticos no son mausoleos de ideas, son organizaciones que ofertan visiones y proyectos ajustados a la realidad del momento y futuro; por tal motivo podemos apreciar que los ciudadanos, sin rasgarse vestiduras, pueden votar por dos o más partidos a lo largo de su vida sin entrar en conflictos ideológicos ni mucho menos, porque es el nivel de eficiencia que alcancen estas organizaciones lo que finalmente los ciudadanos premian, a decir: buen manejo económico que redunde en empleos formales y servicios públicos funcionales ¡eso!
En lo particular no soy simpatizante de las ideologías políticas a pesar que mucho de ustedes seguro increparan mi pensar, pero desde que el hombre es hombre se ha valido de la necesidad humana del gregarismo y de la fe para manipular y alcanzar posiciones privilegiadas por encima del conglomerado social. Primero fueron quienes valiéndose de una supuesta voluntad divina recaída en ellos se autoproclamaron emperadores y reyes, creando a su alrededor una élite privilegiada.
Luego nació el burgos, originando teorías de capitales, nació la Derecha y con ella sus intelectuales, quienes idearon corrientes pensativas para justificar la llegada y el sostenimiento en el poder de los económicamente poderosos.
Posteriormente nació la Izquierda, enarbolando estandartes de igualdad y justicia social, teorías que aglutinaron masas logrando también atornillar en el poder selectas élites sociales. Sí hablamos de ideologías per se absolutamente todas se reducen a la justificación de una casta política que disfruta de prerrogativas a expensas de un pueblo.
Hoy en nuestro país se habla de la construcción de una nueva ideología, de un Socialismo del Siglo XXI o Bolivariano, 14 años después aún no está definido, a pesar de no saberse exactamente qué es, aglutina masas, gústele o no fueron 8 millones de compatriotas que refrendaron ese proyecto, proyecto basado en políticas sociales, venezolanos que votaron por defender las ayudas económicas que reciben por alguna Misión, por los Mercales donde comprar comida barata y por los módulos de Barrio Adentro en sus comunidades, todo esto a pesar que fuera de ese contexto escasean los trabajos formales con beneficios socioeconómicos, a pesar que según especialistas tengamos la inflación más alta del planeta, a pesar que los hospitales estén más enfermos que los pacientes que reciben (y la dantesca inseguridad) ¿cómo se justifica ese apoyo popular? Sencillamente porque una gran población marginada históricamente que, aún recibiendo una mínima parte de lo que pudiese recibir, defiende lo que se les da, sin importarle lo que pase a su alrededor ni el nombre que le pongan, o sea, es una cuestión de actitud práctica ante la vida, en resumen, una cuestión de “Mentalidad”. Con todo respeto a sus pensares, pero para mí las ideologías en la praxis tienen un valor muy relativo, pudiendo ser el mismo valor que el de un plato de comida. El único valor real en la política es la “Eficiencia” en las gestiones públicas y para alcanzarla hay que educar ciudadanos, no comprarlos.
@leandrotango