La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) detuvo el martes el reformador de nafta de la refinería Cardón por un incendio, lo que deja la segunda mayor planta del país petrolero operando a casi la mitad de su capacidad debido a que ya estaba realizando un mantenimiento programado en otras dos unidades.
Iván Freites, el presidente del sindicato del Centro Refinador Paraguaná (CRP) -integrado por Cardón y Amuay- confirmó reportes de trabajadores que sintieron una explosión y luego vieron llamas en la unidad, que produce gasolina de alto octanaje.
El incendio fue controlado poco después de la explosión, pero los bomberos seguían intentando enfriar la zona.
La refinería está ahora operando a alrededor de 60 por ciento de su capacidad instalada -de 310.000 barriles por día (bpd)- debido a que unidades clave como el craqueador catalítico y la planta de lubricantes están fuera de servicio por trabajos de mantenimiento planificado.
«La explosión fue en el reformador de nafta, que es una unidad pequeña pero es la que produce gasolina de alto valor. Las unidades de destilación sí están en servicio», dijo a Reuters el sindicalista Freites.
Venezuela sufrió en agosto el más severo accidente en su historia petrolera cuando una explosión por una fuga de gas en la refinería de Amuay, la mayor del país con capacidad de 645.000 bpd, dejó más de 40 muertos y miles de casas destruidas en plena campaña electoral.
Dos meses después del suceso, la refinería aún opera a media capacidad, lo que ha contribuido a la disminución que experimentan las exportaciones venezolanas de derivados, así como a una parálisis en la venta de productos al mercado abierto.
El parque refinador del país socio de la OPEP está operando a alrededor de 64 por ciento de su capacidad, o unos 830.000 bpd, debido a una reciente oleada de incidentes y fallas que ha dejado como saldo seis incendios y varias personas fallecidas, así como al servicio que reciben varias plantas.
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