El diputado a la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, cuestionó las cuotas fijadas en el Presupuesto Nacional para el Ministerio de la Defensa.
Si bien la violencia en el país demanda una estrategia que revierta la delincuencia, adquirir más armas no cambiará en lo absoluto la realidad.
Así expresó el parlamentario, al tiempo que recordó que el país no atraviesa un conflicto armado que justifique las elevadas inversiones. “Debemos aceptar que estamos viviendo un proceso de cambio político dentro de la constitucionalidad. Nosotros no estamos en guerra; no tenemos cultura guerrerista. Adicionalmente, nuestras Fuerzas Armadas no están a las puertas de un conflicto de carácter internacional, no hay guerra dentro de la Patria ni con ningún vecino, esto significa que el incremento del Presupuesto para la dotación de armamento no tiene ningún tipo de justificación”.
El dirigente político destacó que “en el imaginario del Presidente de la República se encuentra una fantasía” de eterno conflicto. “Nos encontramos frente a una gran contradicción pues los mismos políticos de la supuesta revolución dicen que la educación es uno de sus principios. El Estado demanda la consolidación y extensión del proyecto educativo. Venezuela enfrenta una diferencia tan radicalmente contradictoria, entre el imaginario bélico del Presidente y el deber ser de un Estado, con suficientes recursos económicos para potenciar la formación de sus ciudadanos”.
Explicó Zambrano que los intereses del país son diferentes a los del Ejecutivo, pues se echa a un lado el proceso de formación del pueblo, cerrándole oportunidades de crecimiento.
“La gente quiere prepararse para mejores condiciones de vida, en concordancia con la movilidad social que produce de manera categórica, en toda sociedad inteligente, la educación de sus ciudadanos, la formación de los colectivos sociales. Esto deja muy claro ante la opinión pública, el gran déficit que existe entre el deber ser, el discurso presidencial y lo que realmente sucede”.
Conocer a fondo las implicaciones del Presupuesto nacional, debe ser el interés de la población. “Esta información la conoce el país político y parte de los venezolanos que han ido sumándose a ese proceso de entender que algo no está bien en este modelo, y cada vez estamos en una situación más deficitaria en sectores básicos como los servicios públicos. Luego de 14 años de ejercicio de poder, el imaginario presidencial pretende hacernos ver que estamos en una permanente guerra contra el imperio, a modo de justificar esa contradicción en el presupuesto”.
En este sentido, Zambrano agregó que en muchas ocasiones, las armas adquiridas por el Gobierno son el “desecho bélico” de otros países.
Hay que invertir…
Los ingresos mil millonarios provenientes de la renta petrolera, sin duda deben invertirse en la solución de las principales necesidades de la población venezolana, y el crecimiento económico y sostenible en el tiempo.
En este contexto, la adquisición de armamento no representa mejores sustanciales en los puntos antes descritos.
De acuerdo con datos aportados por funcionarios de la Guardia Nacional, las remuneraciones de los efectivos son bastante deficientes, y no les alcanza para mejorar su realidad económica ni las de sus familias.
Un capitán devenga un salario mensual de 5 mil bolívares, mientras que un sargento primero gana 2 mil 410 bolívares. Al restarle las deducciones, el efectivo subsiste con apenas mil 500 bolívares mensuales.
Esta situación, además de muchos otros elementos, ha propiciado hechos de corrupción dentro de las Fuerzas Armadas.
Al respecto, Zambrano insistió en la necesidad de que todos los sectores que componen la vida nacional revisen los alcances de las inversiones realizadas por el Ejecutivo, en aras de que no “se continúe dilapidando la riqueza del país”.
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