La consolidación de la alternativa democrática es tal que ha sido reconocida por el presidente Hugo Chávez, dice Macario González.
El coordinador regional de la Mesa de la Unidad Democrática se muestra muy optimista ante las próximas elecciones del 16 de diciembre, cuando se elegirán gobernadores e integrantes de los consejos legislativos.
La angustia del oficialismo
El centro de estudios ideológicos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el Centro Internacional Miranda, en su último documento de análisis electoral, también confirma esa realidad, expresa González.
Así como nosotros tenemos angustia porque no alcanzamos Miraflores, ellos también se sienten angustiados porque al cabo de 14 años hay casi 7 millones de venezolanos que rechazan el modelo de gobierno castro-comunista que Chávez está empeñado en implantar en Venezuela.
El español Carlos Monedero, que dirige ese centro, recuerda que Fidel Castro, respecto a las elecciones parlamentarias del 2010, en las cuales los factores democráticos obtuvimos más de cinco millones de votos, consideró que el chavismo no podía seguir calificando de oligarca y burguesa a esa votación, porque en ésta tenía que haber muchísima gente de los sectores más pobres.
Ahora en este estudio, Monedero se pregunta y le pregunta al chavismo: ¿qué malo hemos hecho en la gestión para que la alternativa democrática, en lugar de haber sido reducida a polvo cósmico como fue la sentencia dictada por Chávez, hoy haya alcanzado casi 7 millones de votos?
Subraya, como ya lo hizo Fidel Castro, que esos no son votos de oligarcas.
Una oposición sólida
A partir del 2009, cuando se constituye y crea la Mesa de la Unidad Democrática, se estableció una ruta clara: la salida en Venezuela es pacífica y electoral. Había que consolidar los factores democráticos y tener un foro para todos los que crean en una opción de este tipo.
El resultado es que tenemos una fuerza muy sólida y aunque no alcanzamos la Presidencia de la República, se reconoce dentro y fuera del país una alternativa democrática, que más temprano que tarde dará al traste con el modelo que se trata de implantar.
Chantaje y presión
-Sin embargo, ¿también es sólida la fuerza de Chávez?
-Nuestra votación fue muy limpia, comparada con la que sacó el Presidente, quien tiene una votación importante que cree en su proyecto. No sabría cuantificar eso.
-Entonces, ¿cómo gana?
-Realmente, el voto duro de Chávez es del 30 por ciento. Es por ello que se esforzaron en los últimos años en construir una maquinaria, la cual no se diferencia entre el PSUV y el Estado, muy parecida a la del PRIN mexicano que duró 70 años en el poder, en base a la compra de votos y al cubano, donde existen los Comités de Defensa de la Revolución que vigilan al elector, cuadra por cuadra, de los pueblos de la isla.
Aquí, aunque no han llegado a perfeccionar ese monstruo, en estas elecciones se produjeron los hechos mayores de corrupción y abuso.
El PSUV, a través de ministerios, empresas del Estado, gobernaciones y alcaldías, chantejó a empeados de la administración pública a todos los niveles, los beneficiarios de misiones y a quienes tenían necesidad de una vivienda para obligarlos no sólo a ellos, sino a buscar otros votantes y presionarlos para que sufragaran por Chávez.
Votar con el codo
-¿Cómo se explica que siendo la inseguridad el problema más grave, el Gobierno centró su campaña final en la vivienda?
-En materia de vivienda, el Gobierno tiene una data de 3.600.000 personas que llenaron planillas para optar a viviendas, con legítimo derecho y hasta nuestro candidato, Henrique Capriles, le dijo a la gente que se inscribiera en ese registro porque no era malo tener clara la crítica situación del déficit habitacional.
En Venezuela hay 19 millones de personas que padecen porque es dramático el estado de las viviendas que ocupan. El déficit está en 4.200.000.
Sólo repartieron 200 mil viviendas, creando la ilusión a los demás de que también les llegaría la solución.
A partir de ahí, comenzaron a llamar por parte del Ministerio de Vivienda y Hábitat a los que estaban en las listas optando por un techo, para que votaran por Chávez.
No solamente se ejerció ese chantaje, sino que pusieron a trabajar a los llamados patrulleros para ubicar a los electores y llevarlos a votar.
Algunos empleados me dijeron que tuvieron que votar con el codo, porque como la foto de Capriles estaba en la parte baja del tarjetón electrónico y el parabán era muy bajo, los chavistas, que estaban vigilantes en los centros de votación, no les quitaban la vista de encima.
Reconocemos que el Presidente tuvo los votos, pero no fue una elección limpia, ni es un triunfo legitimado por la pureza del acto electoral, que, como dice la Constitución, debe ser libre.
La parcialización del CNE
-Sin embargo, ¿la oposición no ha avalado el proceso electoral?
-El sistema electoral nuestro no es el mejor del mundo como suele decir el Presidentre y las rectoras del Consejo Nacional Electoral. Si bien ya no hay el fraude electrónico, el equipo humano se comporta como una oficina dependiente de Miraflores, parcializada con el Gobierno.
En cuanto a las normas, las rectoras se hacen de la vista gorda cuando son violadas por el Presidente de la Repúbllica y, por otra parte, muchas veces, el Plan República desplaza al CNE en el desarrollo del acto electoral.
Cualquiera que gane en esas condiciones, su victoria estará bajo sospecha.
Evitar repetición de abusos
-¿Qué hará la Mesa de la Unidad ahora que está próximo un evento electoral?
-En los próximos días debemos respaldar las denuncias de estas irregularidades que están consignadas en el CNE, ante el cual hay que insistir en el cumplimiento de las normas para que no se repitan los abusos que constatamos y sustanciamos en el proceso que concluyó hace casi un mes.
De igual forma, deben hacerlo los candidatos a gobernadores y diputados, quienes deben apersonarse al CNE para exigir igualdad de condiciones en el proceso del 16 de diciembre.
El mayor error de la oposición
-¿Cómo se espera igualdad de condiciones cuando las instituciones están controladas por Chávez?
-Nosotros hemos venido denunciando todos los abusos y arbitrariedades que se han venido cometiendo. Pero, estamos pagando las consecuencias del grave error y, creo que el mayor, que cometimos en el 2005, como fue el no concurrir al proceso electoral de las parlamentarias y, por supuesto, dejarle la Asamblea Nacional íntegramente a Chávez y al PSUV, con lo cual eligió a 15 más magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y el cuerpo legislativo tuvo, como le correspondía, la competencia de escoger el cuerpo electoral que hoy tenemos.
Fotos: Daniel Arrieta
