Casi al llegar a la línea de meta, el presidente Barack Obama y su rival republicano Mitt Romney se embarcaron el sábado en las últimas 72 horas de su prolongada y agotadora lucha para lograr la victoria.
Obama y Romney arremetieron uno contra otro sobre lo que debe alentar a los estadounidenses para acudir a votar, y dieron alegatos finales que ofrecen imágenes contrapuestas de lo que pueden y deben ser los próximos cuatro años.
Romney inició en Nueva Hampshire una campaña por tres estados, donde fustigó a Obama por decir el viernes a los electores que votar puede ser su «mejor venganza».
«¿Votar por `venganza’?», preguntó el candidato republicando rebosando incredulidad. «Permítanme decirles lo que me gustaría: voten por amor a su país. Es momento de que llevemos a Estados Unidos a un mejor lugar».
El nominado del Partido Republicano difundió un anuncio televisivo con el mismo mensaje.
Cualquiera que sea su motivación, casi 26 millones de estadounidenses ya emitieron su voto por anticipado en todo el país. En el último día para sufragar por adelantado, los electores en algunos condados de Florida como Miami-Dade y Broward esperaban hasta cuatro horas para votar. El senador demócrata por Florida, Bill Nelson, pidió al gobernador republicano que extienda el plazo para votar por adelantado al menos hasta el domingo.
Obama atendió asuntos presidenciales antes que políticos el sábado y se reunió con autoridades de la agencia responsable del manejo de emergencias para evaluar los avances en la atención a las víctimas del huracán Sandy. Dijo que los esfuerzos de recuperación todavía tienen un largo camino por recorrer, pero prometió un «120% de esfuerzo» por parte de todos los involucrados.
«No hay nada más importante que nosotros hagamos esto bien», declaró el mandatario, consciente de la atención puesta sobre la respuesta del gobierno a la tormenta, un factor que también es importante para sus planes políticos. Luego comenzó una gira por tres estados, en Ohio, el campo de batalla más grande en la campaña de 2012.
Después de asistir a mítines en su mayoría pequeños y medianos durante gran parte de la campaña, el equipo de Obama planea una serie de actos más grandes este fin de semana que buscan atraer grandes multitudes en estados en disputa. Aun así los demócratas no esperan atraer las masivas audiencias que el Obama tuvo en los últimos días de la contienda de 2008, cuando llegó a convocar hasta a 50.000 personas.
El fin de semana de cierre de Obama también incluye dos actos con el ex presidente Bill Clinton: un mitin el sábado por la noche en Virginia y el domingo por la tarde en Nueva Hampshire. Los dos líderes tenían planeado hacer campaña juntos por esos estados a comienzos de semana, pero la gira se canceló por Sandy. Y por supuesto, no puede faltar Ohio.
Con un aroma de nostalgia por 2008, algunas de las personas que acompañaron a Obama a hacer campaña hace cuatro años planeaban unírsele en el camino en los últimos días de la contienda. Entre ellos está Robert Gibbs, el primer secretario de prensa de la Casa Blanca de Obama; y Reggie Love, su ex asesor personal y quien se retiró a comienzos de este año.