Mitt Romney, quien fuera astuto empresario y hábil gobernador, podría convertirse el 6 de noviembre en el primer presidente mormón de Estados Unidos, gracias a una tenaz campaña de seis años que sin embargo no logró quitarle del todo una imagen de oportunista.
Romney, un millonario de 65 años padre de cinco hijos y abuelo de 18 nietos, acumula éxitos profesionales: graduado en Harvard, inteligente consultor, jefe admirado, salvador de los Juegos Olímpicos de invierno de Salt Lake en 2002, gobernador republicano del estado demócrata de Massachussetts de 2003 a 2007.
Los centenares de millones de dólares gastados en publicidad no han logrado desembarazar a Romney de una imagen de persona reservada
Sus derrotas han sido en el campo político: en 1994 no concretó sus aspiraciones a un escaño del Senado y en 2008 abandonó su carrera a la Casa Blanca en las primarias republicanas, que ganó John McCain.
Desde la campaña para las elecciones de 2008, el exgobernador no ha dejado de ser el “candidato Romney”, y una derrota en las presidenciales del próximo martes frente a Barack Obama marcará muy probablemente el fin de su carrera política.
Los centenares de millones de dólares gastados en publicidad no han logrado desembarazar a Romney de una imagen de persona reservada, incluso estirada, ni lavar sus volteretas ideológicas.
¿Cuál es el “verdadero” Romney? ¿Un moderado que solía favorecer el derecho al aborto? ¿O un extremista de derecha que defiende draconianos recortes presupuestarios?
Pese a las persistentes dudas en la interna de su partido, Romney ganó la nominación presidencial republicana como el candidato con mejores opciones para vencer a Obama.
Un misionero mormón en Francia
Nacido en 1947 en Detroit, capital de la industria automotriz en Michigan (norte), Willard Mitt Romney tuvo su primer contacto con la política a los 15 años, cuando acompañaba a su padre George en la campaña que lo llevó a ser gobernador.
En 1968, debió ser testigo de la derrota de su padre frente a Richard Nixon, en las primarias republicanas previo a las presidenciales.
Romney tuvo su primer contacto con la política a los 15 años, cuando acompañaba a su padre George en la campaña que lo llevó a ser gobernador
Conoció a Ann Davies en 1965, en ese momento de sólo 15 años. En 1969, se casaron al regreso de Mitt tras dos años y medio de misión en Le Havre, Burdeos y París.
Durante su estadía en Francia, Romney trabajó arduamente para tratar de ganar adeptos para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, una secta protestante con una imagen controvertida en la sociedad estadounidense a causa de sus orígenes polígamos.
Es en ese país europeo donde casi pierde la vida en un accidente automovilístico, en el que murió uno de los pasajeros que viajaban con Romney en el vehículo.
Ya casado con Ann, se instaló cerca de Boston, Massachusetts, donde ingresó a la mejor universidad del país, Harvard, y obtuvo en 1975 dos títulos: uno en Derecho y otro en Negocios.
Entró a trabajar en Bain & Company en 1977, y causó una impresión tan buena, que en 1984 le confiaron una nueva sociedad: Bain Capital.
Romney dirigió el fondo de inversiones por 15 años, donde acumuló fortuna y reputación hasta convertir a la firma en una de las más prestigiosas en Estados Unidos, y sólo la abandonó para convertirse en 1999 en presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Salt Lake y salvar sus cuentas.
Mientras fue gobernador de Massachusetts, se ganó la fama de ser un moderado pragmático, de la cual se ha ido distanciando en su campaña hacia la Casa Blanca, lo que le ha permitido a Obama calificarlo de malabarista político que cambia sus posturas dependiendo de sus intereses.
El “verdadero” Romney
Frente a ello, sus familiares y personas cercanas se han movilizado para tratar de mostrar al “verdadero” Mitt: bromista, atento e íntegro.
Sus reuniones electorales abren con videos familiares, a veces con Mitt y Ann recordando anécdotas, inclusive con lágrimas en los ojos.
La generosidad del candidato no es fingida, según la biografía de Scott Helman y Michael Kranish “El verdadero Romney” (“The Real Romney”).
De 1986 a 1994, Romney dirigió la diócesis mormona en Boston, una función administrativa y religiosa que le permitió ayudar a los miembros de su congregación.
Romney protagonizó muchos actos de altruísmo, desde financiar los estudios de los hijos de una familia necesitada, hasta acompañar en un hospital a un joven condenado por la leucemia.
El próximo martes, Romney espera añadir un nuevo éxito a su carrera si se conveierte en el primer presidente mormón de Estados Unidos, algo que no pudo lograr su padre.