Un grupo de empleados administrativos y obreros de la Dirección General Sectorial de Educación manifestó su inconformidad con la situación estructural del edificio Buría, sede de las oficinas de esa dependencia y de la Zona Educativa del estado Lara.
Julio César Marín, presidente del Sindicato de Empleados Públicos de la Gobernación, detalló que alrededor de 400 trabajadores estadales del sector educativo (sin contar a los empleados nacionales) laboran a diario “en condiciones infrahumanas”.
“El edificio Buría tiene una infraestructura deficiente y un serio problema de contaminación, debido a la presencia de roedores en los ductos de aires acondicionados”.
Aseveró que el ejecutivo regional está dispuesto a realizar un proceso de fumigación, pero “la jefa de la Zona Educativa (Gisela Cañizález) se ha negado a prestar colaboración para la ejecución del proceso que permitirá erradicar los problemas ambientales. La situación se ha convertido en un problema político que afecta la salud de los trabajadores”.
En ese sentido, hizo un llamado al sector nacional para que deje a un lado el clima político y se ocupe de atender el informe de Inpsasel, elaborado con el respaldo de los comités de higiene y seguridad de ambas dependencias educativas.
“En caso de que la situación se mantenga, los trabajadores y los comités de higiene estamos dispuestos a ejercer medidas de presión en aras de resguardar la salud y condiciones ambientales de los trabajadores”.
Marín detalló que el problema del edificio se ha acentuado con el pasar de los años. “El gobierno regional ha asumido gran parte de la responsabilidad, pero las fallas se mantienen, comenzando por el nulo funcionamiento de los ascensores desde hace dos años, pese a que muchos trabajadores no deberían subir escaleras”.
Foto: Daniel Arrieta
