En respuesta a las inquietudes de algunos lectores, que reclaman el derecho de ser factores críticos en relación a los resultados de las elecciones y acertadamente invocan el derecho a objetar públicamente las acciones y actitudes del ganador y también a destacar la victoria obtenida. Y en vista, que exigen respeto por el acto legítimo de opinar, a través de las redes sociales, en contra o a favor del mismo. Quiero decirles, que estoy absolutamente de acuerdo con ello. De ninguna manera pretendo cercenar con una postura “ética”, esos derechos. Aún cuando estoy convencido que la ética en política no existe. Y es allí donde quiero llegar. Los de arriba no tienen escrúpulos para subir al poder. Lo hacen a como de lugar. No les importa las consecuencias y son los de abajo como Ud. y como yo, quienes sufrimos, al salir a defenderlos, en el orden afectivo y familiar. Por cuanto, fracturamos el querer y el amar nacido en nuestros corazones desde niños. Y eso, insisto, es la obra del enemigo de Dios.
Yo entiendo el afán y la dedicación que preclaros políticos hagan en defensa ideológica de sus posiciones. Que batallen cada día por sus convicciones, por cuanto de ello viven. Que traten de mantener sus espacios en la prensa. Tanto los unos como los otros, por cuanto ese es su oficio. Eso se entiende. Pero el ciudadano de a pie. Que día a día tiene que salir a buscar el sustento a su familia. Que diariamente, cuando se despierta, sale a “patear la calle” para encontrarlo. Que los 365 días del año enfrenta los avatares de la vida para sobrevivir. Y que de paso, tome para sí, una vulgar diatriba política que no le corresponde, por cuanto son los de arriba quienes se benefician permanentemente. Y de paso, se pelee con sus seres queridos, atrayendo, tristemente espinas para su espíritu, no lo entiendo.
Les cuento. Cuando estudiaba el 8vo semestre de Pedagogía. En el otrora glorioso Instituto Pedagógico de Barquisimeto. Se presentaron elecciones para nombrar las autoridades del Centro de Estudiantes. Un grupo de alumnos que no nos dedicábamos a la política. Que nos caracterizamos por ser excelentes estudiantes de la especialidad de Ciencias Sociales, decidimos presentar una plancha independiente para optar los destinos puestos de la mencionada institución estudiantil Me asalta la nostalgia al recordar a aquellos compañeros. Hoy, excelentes colegas, seguramente jubilados, que participamos en ese proyecto.
No éramos ni de derecha, ni de izquierda. Solo aventajados estudiantes que pregonábamos una manera distinta de hacer política. Nos llamamos “Movimiento Independiente de Estudiantes Progresistas”. Pero qué cerca estábamos del pozo séptico. Gobernaba el partido Acción Democrática, y como estábamos en el último semestre, la mayoría con novias para casarse o casados. Con hijos y con aspiraciones de trabajar pronto y cerca de sus casas, pues nos llamó dicho partido y nos ofrecieron cargo si volteábamos la plancha a favor de ellos. Y sin pensarlo mucho, lo hicimos. Y ellos cumplieron. !Listo! ¡Adiós principios!
Recuerdo también a mi profesor de Geografía Económica, Edgar Gonzáles, quien publicó el artículo “El favor de los tontos”. Donde denunciaba la entrega de todos nuestros principios por un cargo. Y tenía razón. Elementos de juicio para justificarnos sobraban. Pero evidentemente, aquello era el reflejo fehaciente de la asquerosidad política. Fue un escrito que tocó la fibra moral de muchos. ¿Como será hoy?. ¿Cuando nos distanciamos de nuestros amados debido a esa cascada de carroña política que nos baña? ! Vote si quiere! Pero no permita, que esa “cosa”, lo separe de los suyos.
Hoy, cobra vigencia aquel escrito de hace 35 años que tocó duro, mi endeble corazón. Millones, confundidos, tiran al cesto, su capital de vida, su más preciosa herencia, el bálsamo en el dolor, peleándose con familiares y amigos por defender la basura política. Pregunto. ¿Cuál de esos dos, podrá sustituir la nostalgia de ese abrazo cariñoso y sincero, de su amado familiar en navidad? ¿Las vivencias, los paseos a la playa y los momentos tan hermosos vividos juntos? ¿Cuál de ellos llorará o compartirá su desgracia cuando se presente? !Ninguno! Por ello, estoy convencido, que detrás del secesionismo familiar, está el gran engañador. Que si Ud. se descuida, desbordado por la defensa de lo indefendible, terminará siendo un peón, no solo de falsos y mentirosos personajes que ni conoce, sino del mismísimo Satanás. !No lo permita! “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.” 1P.5:8 ¡Hasta el martes, Dios mediante! “Cuando el hombre contempla la cadena de causas confederadas, y acopladas juntas, debe necesitar volar a la Providencia y a la Deidad» Sir Fancisco Bacon. Filósofo. Estableció el método científico de investigación.
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