¿Clases o elecciones?
Es lamentable saber que los objetivos de este año escolar 2012-2013, por los vientos que siplan, no se cumplirán. Esto por lo que ya sabemos (las elecciones), ¿no era mejor unir los tres procesos en uno? Para que, de esta forma, no coartar el derecho a la educación de nuestros estudiantes. Para nadie es un secreto que en la instituciones educativas, durante el año escolar, pierden muchos días de clase, esto debido a las miles de penurias que aquejan a dichas instituciones, pero lo más importante para el gobierno es llevar a cabo unas elecciones que lo que vienen es a legitimar lo que ya sabemos. Yo le llamo a estas elecciones de Presidente, gobernadores y alcaldes, plebiscito, ya que, para nadie es un secreto la maquinaria que mueve el gobierno principalmente comprando a las personas y haciendo uso de recursos que nos pertenecen a todos. Como docente de aula, aspiro a poder cumplir, aunque las condiciones no lo permitirán.
Carlos Luís Vásquez Sánchez
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No se podrán cumplir
Mi experiencia en el campo educativo me permite afirmar que los objetivos del programa de estudio en los diferentes niveles de educación no serán cumplidos, y no por las elecciones precisamente.
En Venezuela, en los últimos años, esto no ha sido posible por varias razones, se pierde clases en los municipios: el día del municipio, día de la capital del municipio, día del epónimo del mismo municipio, día del estado… El Estado ha perdido el sentido de la supervisión, ésta ha perdido calidad. Y es que nuestros supervisores están más pendiente de quedar bien con los dirigentes del partido que realizar el verdadero rol del supervisor. Da pena ajena ver a supervisores acarreando docentes para las marchas, sin importarles que los niños queden sin clases el día de la marcha.
La situación educativa va cada día de mal en peor. Los docentes salen con una deficiente preparación académica. Ya la carrera docente no es atractiva económicamente y el Estado especula con aquello de que el docente sólo debe ver su vocación y lo económico pasarlo a segundo plano. Pero hay una realidad, el maestro necesita solvencia económica que le permita dedicarse por completo a la actividad y no distraerse en otros oficios. La educación en el país debe apartarse de la política, para asignar un cargo éste debe ser por concurso y no por la cantidad de marchas a que asista o por las reuniones en que estuvo presente o la cantidad de afiches que colocó.
No es posible que los supervisores no tengan experiencia en aulas, no hayan hecho ningún postgrado o nunca hayan ejercido un cargo directivo en algún plantel. En Yaracuy, en una oportunidad, había un aviso en la Zona Educativa, que decía: “Cargos preferiblemente para egresados de la Misión Sucre”. Mientras éstas u otras circunstancias sigan siendo el norte de nuestros gobernantes, no habrá programación y filosofía educativa que valga.
Todo lo anterior trae como consecuencia que nuestros muchachos cada vez su calidad académica es peor; no hay un principio del deber ser, sino que se piensa que el país es de los «vivos» y esto es producto de las enseñanzas de nuestros políticos que cada día son más ricos y sin mucho estudio. Se conoce más al corrupto de un pueblo que al abnegado docente.
Marcelo Piña
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La educación como palanca
Yo sí creo que se puede recuperar el tiempo ocupado en las elecciones pasadas.
Nuestros maestros ya tienen suficiente experiencia para preparar clases intensivas y darles a nuestros muchachos la educación debida.
Creo, además, que la educación tiene que ser integral, es decir, la educación debe comenzar en la familia, que es la célula fundamental de la sociedad. Debe continuar en el ‘kinder’, luego la escuela, la universidad, debe ser complementada con los medios de comunicación y ser reforzada por voceros de la sociedad que sean modelos a seguir por su integridad y su credibilidad (políticos, artistas, deportistas, comunicadores sociales), es decir, la sociedad, en su conjunto, debe conspirar de tal manera que todo redunde en la formación de un mejor ciudadano que se sienta útil, capaz, bien educado y preparado para asumir los roles que son demandados en una sociedad pujante donde abunden las oportunidades de trabajo y de negocios.
En este momento, nuestro país adolece de esa sociedad pujante y de esa educación integral de calidad, pues tenemos un gobierno centralista con una visión miope que no comprende que el sector privado es fundamental en el desarrollo de las sociedades.
El sector público, por más que quiera, no podrá emplear a toda la masa de trabajadores nuevos y a los recién graduados que aspiran un trabajo digno y de calidad, porque el sector público tiene una capacidad limitada, en cambio la capacidad del sector privado es ilimitada. Ojalá el gobierno entendiera esto y convocara al sector privado para crear millones de empleos y reactivar el INCE y las escuelas técnicas, de manera que quienes no quieran seguir una carrera universitaria opten por una carrera técnica y tengan la seguridad de que encontraran empleo porque existen suficientes empresas dispuestas a emplearlos, este es el pías ideal que queremos los venezolanos.
Además, el gobierno, como principal rector de la sociedad es el que tiene que marcar el rumbo a seguir, no sólo en lo económico y social, si no también en lo moral; desde las altas esferas del gobierno deben ser enviadas señales claras y una de esas señales es ser implacable contra la corrupción económica y moral de aquellos militares y políticos que podrían estar incursos en actos dolosos. Si esto se hace de verdad, y no son sólo palabras, se recuperaría la confianza en las instituciones públicas y esto contribuiría con la educación, pues los ciudadanos nos convertiríamos en cómplices del gobierno para apoyar un plan de educación ambiciosa y lograr así tener una mejor calidad de vida en nuestra Venezuela.
Alirio Palencia
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Rumbo al comunismo
Para la realización de las elecciones presidenciales del pasado 7 de octubre fue necesario suspender las clases en colegios y liceos por casi un mes. De igual manera ocurrirá para los dos procesos que están programados para diciembre y abril. Por ello será difícil cumplir los objetivos en este año escolar 2012 – 2013.
Las condiciones en las que se encuentran las instalaciones educativas son muy críticas, lo que dificulta aun más el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por ello, podemos afirmar que en Venezuela no se está formando un alumno que pueda enfrentar los retos que nos presenta la sociedad del siglo XXI, sino más bien, un individuo que seguirá los lineamientos del sistema comunista, al estilo cubano.
Neptalí Paredes
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La educación más que una palabra
La educación es más que una palabra sonada en nuestras bocas, es la base fundamental del desarrollo de un país en el entorno social. En el nuestro, este tema en cortos días pasados, ha provocado gran polémica por unos diminutos cambios como la sustitución de la Asociación de Padres por los llamados Consejos Educativos, la cual resaltó Yuyita de Chiossone, ex-directora de Educación en Lara, alertó que es una maniobra dirigida a “cubanizar la educación en Venezuela”, lo cual nos dejaría pensando en: ¿queremos que los jóvenes venezolanos se eduquen de esa manera en un futuro? ¿A qué viene este cambio?
Otro factor influyente es el mísero tiempo en el que se llevará acabo este año escolar 2012-2013. ¿Será que, en este corto plazo, lograrán cumplir todas las expectativas de aprendizaje para los niños y niñas de nuestro país? Estamos conscientes que hoy en día abundan “maestros” que siempre están haciendo huelgas, paros y marchas. Chicos que saben más de los chismes de la televisión, que se saben los nombres de los artistas famosos, pero nada de Historia. Chicos que hablan sólo español más o menos, que tienen pésima ortografía, que no saben hacer sumas de quebrados, que son expertos en “copiar” durante los exámenes. Chicos que no hablan del espíritu y del amor.
Todos los padres esperan que sus hijos tengan una educación de primera actualizada, que respeten las leyes, la ecología, la convivencia, cumplan con sus metas y que se desarrollen en la vida plenamente.
Betania Vargas Mendoza
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Una ventana a la libertad
Es triste que existan tantas personas cegadas por las ansias de poder desmedido, a tal punto que les es imposible comprender el valor que representan las consecuencias de sus acciones equivocadas en cada uno de los ciudadanos de un país.
En nuestra golpeada Venezuela no es sólo la infancia, la juventud, la educación o la familia. Todos, en mayor o menor medida nos vemos afectados y nos sentimos impotentes.
Es insólito que se hable de cero analfabetismos y de crecimiento en educación, en una nación donde por un proceso electoral se retrasan las actividades educativas y además el calendario escolar brilla por su ausencia. Y pensar, que en el transcurso de este año escolar, faltan dos sufragios.
Entonces, las preguntas se pueden responder fácilmente: ¿Se podrán cumplir los objetivos este año escolar? Con tanta pérdida de tiempo, es obvio que, los objetivos curriculares no se podrán cumplir. Pero, de seguro los objetivos políticos, sí.
¿Cuál es la situación educativa del país? Eso será de pronóstico reservado mientras los gobernantes no entiendan que la educación no es para servir a un partido político.
¿Se está formando un alumno de primera? Esta pregunta la respondo desde dos puntos de vista: difícilmente formaremos ciudadanos de primera, toda vez que los gobernantes sigan sin entender que educación y familia son dos conceptos indisociables porque tienen su base en principios comunes. Que mientras aumente la lista de los injustamente privados de libertad, en esa misma medida aumentará la cantidad de niños que crecerán sin el cobijo de sus padres; así como la cantidad de madres que derraman lágrimas por sus hijos presos; situaciones éstas que conllevan al irremediable resquebrajamiento de las familias y, por ende, de la sociedad.
Por otro lado, si por el contrario, los maestros hacemos nuestro, el pensamiento pedagógico del profesor Antonio Pérez Esclarín (el cual, particularmente, considero un credo para cualquier ciudadano), nos daríamos cuenta que ciertamente… “es urgente que los educadores introyectemos y asumamos la necesidad de un cambio profundo y nos aboquemos a gestar una educación que privilegie el aprendizaje autónomo, personal y permanente, la curiosidad, la creatividad, la innovación, la reflexión, la capacidad crítica, el trabajo en equipo, la formación de la persona y la convivencia humana en la solidaridad y el servicio. Una educación que, enraizada en el hoy de los alumnos y de la vida, capacite para construir un mañana mejor para todos”.
Para ilustrar mis dos humildes puntos de vista, me permito hacer referencia con un ejemplo palpable aquí en nuestro estado Lara; el caso de la familia Revilla Soto:
Si al referirnos al Mayor Ejército (R) Milton Revilla Soto omitimos su título profesional, el cual por cierto obtuvo con honores; hallamos un nombre propio como el que todos por derecho llevamos desde el momento en que llegamos a este mundo. Al decir Milton Revilla Soto, a secas, nos encontramos con un ser humano nacido y criado en este país, en el seno de una familia numerosa, levantada con esfuerzo diario. Un hombre, que aún estando privado de su libertad no deja de ser hijo, hermano, amigo, con una gran calidad humana y, por sobre todas las cosas, padre de un adolescente extraordinario, que gracias a los valores inculcados por ese padre, posee la fortaleza que se adquiere con la adversidad, así como una gran capacidad de resiliencia, la cual, estoy segura, lo convertirá en un hombre de bien.
Este padre, y este hijo, indudablemente nos enseñan una gran lección, ya que, aún pasando por este momento tan aciago en sus vidas, siguen siendo “una familia”.
Aprendamos pues, que aunque nos sean adversas las circunstancias, es en este punto coyuntural, donde debemos tener más claro que somos parte importantísima de nuestro país y que, por ende, si nos colocamos en el lugar del otro, sentiremos que somos hermanos, hijos de una sola madre que se llama Venezuela.
Estoy plenamente convencida que los buenos y verdaderos docentes representamos faros que no deben apagar su luz bajo ninguna circunstancia, que debemos permanecer de pie, siempre profesando con el ejemplo, para que así, nuestros niños, hagan suyo el aprendizaje, y dentro del marco de los valores se atrevan a alzar su voz, a hacer valer sus derechos y a luchar por sus ideales; pues, como bien lo dice diariamente el periodista José Vicente Antonetti…“podrán callar algunas voces, pero jamás silenciar las ideas”.
Dulce María González
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Próximo tema:
¿Qué piensa de los Consejos Educativos?
Según la resolución 58 aprobada por el Ministerio de Educación, diferentes grupos ajenos a la comunidad educativa podrán decidir sobre el destino de los planteles educativos de una zona. Es por ello que deseamos preguntarle, ¿qué piensa de esta resolución? ¿Se persigue algún fin político con esta medida? ¿Qué había de malo con las antiguas comunidades educativas?
Envíenos su opinión a [email protected] antes del 2 de noviembre y será publicada el 5 del mismo mes en la página 2 del cuerpo A, en la Página de los Lectores
