¿Siente que se le duerme con frecuencia el rostro, la mano o no puede articular bien las palabras?, ¿Tiene vértigos, mareos o inestabilidad al caminar?, ¿Se le olvida para qué sirven ciertos implementos cotidianos? Si es así debe acudir al médico para que lo evalúe, porque podría ser el anuncio de la enfermedad cerebro vascular (ECV).
Este fue el tema que se abordó en el taller para pacientes que se realizó el sábado en el auditorio del Colegio de Médicos “aprendiendo a prevenir y a sobrevivir la enfermedad cerebro vascular”, dictado por la neuróloga Laura Vink, junto a la fisiatra Emilia Arispe Falcón.
Vink habló sobre los signos de alarma y factores de riesgo que predisponen a un paciente a padecer la enfermedad cerebro vascular, como puede ser la aparición de várices, las cuales, al no ser tratadas pueden generar embolismos y mayores trastornos en el flujo sanguíneo corporal.
Sobre los signos de alarma a tener en cuenta para acudir de inmediato a una consulta médica especializada destacó los siguientes:
Déficit motor, es decir, cuando sienten que se les duerme una mano, pierna, el rostro y hasta la lengua, entre otras alteraciones como temblores, amnesia, inestabilidad al caminar; déficit sensitivo, cuando sienten que no tienen suficiente fuerza ni siquiera para caminar.
También podrían contarse los vértigos, mareos, crisis epilépticas, dolores de cabeza, náuseas y vómitos, dificultades para hablar porque se “les enreda la lengua” o también porque piensen en una cosa pero dicen otra.
Otro signo de alarma es que no saben o se les olvida para qué sirven ciertos implementos cotidianos, como un cepillo para peinar el cabello.
Rehabilitación inmediata
La fisiatra Emilia Arispe Falcón recalcó la importancia de que el paciente que tuvo un evento cerebro vascular comience la rehabilitación lo más pronto posible después de su recuperación.
“Dependiendo de la edad y la condición después del ECV, se podrá recuperar incluso en un 100%, pero también necesitará el apoyo familiar para que realice sus terapias”, explicó Arispe.
Aunque el 80% de los pacientes quedan con algún tipo de secuelas, la gravedad dependerá de la asistencia a la rehabilitación fisiátrica, en donde de forma paulatina recuperará su independencia en movimientos.
“Si no hace la rehabilitación tendrá contracturas y deformidades, sentirá flacidez y falta de fuerza en el cuerpo, perderá coordinación y aparecerán más trastornos venosos”, agregó la especialista.
Además, aparecerá la depresión, porque el paciente será dependiente de otras personas y se sentirá como una carga familiar.
Las implicaciones económicas de un accidente cerebrovascular son significativas.
Por ejemplo, se calcula que en Argentina y Brasil, los gastos nacionales de atención médica en la hospitalización inicial para pacientes de los accidentes cerebrovasculares ascienden a aproximadamente 434 millones de dólares y 450 millones, respectivamente.
Se prevé que el impacto de las los accidentes cerebrovasculares aumente a medida que envejezca la población, y se proyecta que el número de muertes debido a apoplejía en América Latina se triplique para el año 2024.
En Venezuela, se cree que hay 230,000 pacientes de FA y se proyecta que esta cifra aumente a un millón para el año 2050.
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