Como parte de la celebración que preparaba su familia por el Día de la Madre, Emma de Camacaro se disponía a salir el sábado 12 de mayo a comprar algunos regalos, cuando descubrió que sus propios hijos le habían dejado un obsequio sobre su cama. A eso de las 9:00 de la mañana logró ver a Ricardo Jesús Camacaro Landaeta, su primogénito, quien brevemente pasó a buscar una consola de juegos que le daría a un primito suyo. La señora Camacaro ignoraba que esa sería la última vez que vería a su hijo mayor con vida.
“Recuerdo que la noche del sábado, antes de irme a la cama, le dije a mi esposo que iba a dormir tranquila. A las 6:00 de la mañana del día siguiente, me enteré que a mi hijo le había ocurrido algo muy malo”, afirmó con dolor.
La madre de Ricardo lo describe como un muchacho muy trabajador que amaba a su familia y era excelente hermano, explicando que cuando él cursaba cuarto año de bachillerato, decidió dejar los estudios para ponerse a trabajar junto a su papá en el negocio familiar de grúas. También era muy bueno como padre. “El próximo diciembre estaría cumpliendo 24 años”, dijo.
La señora de Camacaro pide a las autoridades que se haga justicia, pues la vida le fue arrebata a un joven de manera súbita, justo cuando tenía tantos planes y proyectos para su futuro.
En cuanto al responsable de la muerte de su hijo, expresó: “Yo no soy quién para juzgar a nadie. Que Dios lo perdone, porque de su justicia celestial no hay quien se escape. Sin embargo, él también tiene que pagar ante la justicia terrenal. Por esta razón es necesario que las autoridades le dicten una sentencia, porque si lo dejan salir a la calle, seguirá destruyendo familias”.
Buscando justicia
Desde que tuviera lugar el fatídico hecho, hace ya más de cinco meses, los familiares y amigos de Ricardo se han esforzado por lograr que los jueces en los tribunales con sede en el Edificio Nacional de Barquisimeto, se pronuncien acerca de Jhonn Antony Becerra Bracamonte, funcionario activo de la Guardia Nacional Bolivariana, a quien se le acusa de haberle quitado la vida a Ricardo.
Como parte de esta incesante búsqueda de justicia, Ricardo Jesús Camacaro Rivero, padre del joven ultimado, remitió el 18 de agosto una carta al General de Brigada Octavio Chacón Guzmán, comandante del Regional Nº 4 de la GBN en Barquisimeto, pues entonces se presumía que el homicida estaba destacado en el CORE 5 en Caracas, explicándole lo que había sucedido el 13 de mayo y el avance de las investigaciones en torno a Becerra, cuyo vínculo con el cuerpo de seguridad era necesario verificar, en vista de que se esperaba su traslado al Penal de Tocuyito para el 13 de agosto, el cual nunca se ejecutó, a pesar de que ya se le había abierto un expediente por homicidio calificado.
El progenitor de Ricardo, reiterando su confianza en las autoridades para administrar justicia en este caso, también mencionó en ese documento que al momento de ocurrir el hecho, Becerra estaba acompañado por otras tres personas que, al parecer, igualmente formarían parte activa de la GNB, por lo que serían testigos presenciales del asesinato, además de que se manejaba información de que ellos mismos habrían motivado al implicado a agredir físicamente al miembro de la familia Camacaro.
¿Por qué murió?
Por otra parte, el despacho de la doctora Yuranci Arteaga, en la sede del Ministerio Público en el estado Lara, recibió un informe descriptivo sobre el delito cometido por el funcionario de la GNB, en donde se detalla cómo el 13 de mayo en las cercanías del Paseo Juan Guillermo Iribarren en Barquisimeto, Ricardo se encontraba compartiendo en compañía de primos y amigos, cuando de pronto uno de ellos decidió mover el vehículo del joven trabajador, chocando levemente por detrás a otro automóvil marca Fiat, modelo Tucán, de color azul, que estaba estacionado en la misma área, lo que resultó en la rotura de una de sus micas.
De acuerdo a declaraciones de uno de los parientes de Camacaro que estaba con él ese día, aproximadamente a las 4:00 de la mañana del 13 de mayo, momento cuando se produjo el choque, el conductor del vehículo afectado se bajó y trató con el familiar de Camacaro en su presencia, y le ofreció en el sitio una compensación monetaria por el daño causado.
Los primos del occiso afirman que el chofer del Fiat ya había aceptado el pago, cuando de repente uno de los hombres que lo acompañaban comenzó a alterarse y a decir que lo del choque no podía arreglarse así nada más, mientras afirmaba ser de la GNB, tras lo cual sacó un arma de fuego y sin mediar más palabras, disparó una vez contra la humanidad de Ricardo, quien cayó al suelo herido en el cuello.
Quienes estaban con Ricardo esa madrugada, algunos de ellos entrevistados durante la última protesta pacífica que realizaran sus familiares y amigos el pasado martes 23 de octubre, también han manifestado que Jhonn Becerra, como luego se identificaría al violento agresor, siguió disparando contra otros de los presentes, para luego darse a la fuga. Fue sólo entonces, cuando Ricardo pudo ser auxiliado y llevado hasta el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, pero lamentablemente ya era muy tarde, el joven había llegado sin signos vitales.
Criminal con privilegios
Una de las cosas que más indigna a la familia Camacaro, es que el 14 de septiembre pasado, Luisa Ortega Díaz, fiscal general de la Nación, dio instrucciones para que Becerra fuera trasladado a la Comandancia General de las Fuerzas Armadas Policiales del estado Lara en Barquisimeto, conocida popularmente como la 30 de Polilara, donde el imputado aún permanece hasta la fecha privado de libertad, en el Área Especial Nº 2. La funcionaria dio la orden mientras conversaba con los familiares de la víctima, quienes solicitaban su apoyo en el caso.
“Allí lo mantienen con las mayores comodidades, es como si le hubieran dado casa por cárcel. Tiene una computadora portátil con acceso a Internet, un televisor y sigue disponiendo de un teléfono celular. Además, en ocasiones también lo dejan salir a la calle. Todo esto porque goza de privilegios al formar parte de la GNB”, expresó decepcionado el padre de Ricardo.
Esta información se soporta, según parientes de la víctima, en que el propio comisario y jefe del Cicpc en Lara, Ramón Silva Torcat, ha indicado que como el sujeto aún es miembro activo de la GNB, disfruta de ciertos beneficios, aparte de sus derechos humanos que abarcan el resguardo de su integridad física.
Esto parece haberse convertido en un gran obstáculo para impartir justicia, ya que en tres ocasiones los traslados previstos para llevar al acusado ante los tribunales en el Edificio Nacional, han sido suspendidos sin tomar en cuenta el dolor y la frustración de la familia Camacaro, cuyos miembros observan la conducta del sistema judicial como una táctica de desgaste, para que se cansen de pelear por lo que es verdaderamente necesario en este caso, pronunciarle una sentencia al asesino de su hijo, por motivos fútiles e innobles tal como está previsto y sancionado en el artículo 406 ordinal 1º del Código Penal.
“No podemos permitir que la muerte de Ricardo quede impune”, enfatizó el señor Camacaro, quien agregó que la familia también ha introducido solicitudes, ante las autoridades correspondientes, para que Becerra sea destituido del órgano de seguridad de forma inmediata, mediante la activación del Tribunal Disciplinario de la Guardia Nacional Bolivariana.
Fotos: Ricardo Marapacuto
/Daniel Arrieta