La normalidad retorna lentamente este sábado a Panamá, tras una semana de violentos enfrentamientos que dejaron al menos tres fallecidos, por la aprobación de una polémica ley que faculta al Gobierno a vender terrenos del Estado en la Zona Libre (franca) ubicada en esa provincia al norte del país.
«La normalidad y la tranquilidad ha vuelto a las calles del país tras las protestas de la última semana», dijo a la AFP la portavoz de la Policía, Mara Rivera.
Policías y manifestantes se enfrentaron desde el pasado 19 de octubre en varias ocasiones en la capital y en Colón, tras la aprobación de la ley.
Además de las tres personas muertas y al menos medio centenar de heridos, la mitad por armas de fuego, hay centenares de detenidos.
El viernes hubo saqueos en varios comercios capitalinos tras lo cual la policía detuvo a decenas de personas.
Ante las violentas manifestaciones, el presidente panameño, Ricardo Martinelli, que se encontraba de gira por Asia, decidió retornar y anunció en su cuenta de Twitter que el gobierno aprobará «un proyecto de ley derogando en todas sus partes la ley y sin excepciones».
La Cámara de Comercio panameña informó que las protestas habrían dejado unos 40 millones de dólares en pérdidas y que se dejaron de movilizar más de 500 millones de dólares en bienes por la zona franca.
Este sábado el Congreso, de mayoría oficialista, aprobó con 57 votos a favor y ninguna abstención, en el segundo de tres debates, un proyecto de ley para derogarla.
Los diputados están convocados para el primer minuto del domingo con el fin de darle el tercer debate al proyecto, que luego el presidente Martinelli deberá sancionar.
Los organizadores de las protestas manifestaron su intención de dialogar con el gobierno para que les gire fondos provenientes de la zona franca y de otras partes de Colón para inversión social.
Pese a que la Zona Libre aportó 1.700 millones de dólares a los 23.200 millones del Producto Interno Bruto de Panamá en 2011, se encuentra ubicada en una de las zonas más pobres del país.
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