Luis Ignacio Lula Da´Silva – con cuya gestión de gobierno este columnista se ha identificado en anteriores entregas – es un caso de doble personalidad como el doctor Jekill y Mister Hide, aunque, en realidad, es perfectamente explicable por aquello de “ business is business”, es decir: “negocio es negocio”. Y es que, su labor como presidente de Brasil fue exitosa. Con más haberes que deberes aunque algunos casos de corrupción gruesa en su entorno más cercano son una mancha muy fea. Ese mismo presidente que atacó con éxito la pobreza en su país sin expropiar nada, sin estatizar nada, sin destruir la empresa privada y más bien por el contrario, creando las mejores condiciones para el florecimiento de las inversiones. Ese mismo Luis Ignacio que garantizó los derechos laborales y nunca actuó contra la libertad de expresión, es el que alaba y apoya a Chávez que hace exactamente lo contrario. ¿Por qué? Veamos.
En entrevista que le hiciera recientemente un periodista del diario La Nación de Argentina y que algunos medios venezolanos comentaron, Luis Ignacio respondió lo siguiente: “Había una elección en Venezuela, donde dos personas se presentaron, Capriles y Chávez, y yo creía que Chávez sería mejor para Venezuela. Ahora creo también que el compañero Chávez debe empezar a preparar su sucesión porque la Constitución permite sea candidato por cuarta vez, pero cuando él pierda los adversarios también podrían presentarse cuantas veces quieran, y eso no creo sea bueno. Por eso es que yo mismo no quise tener un tercer mandato. Porque si lo hubiera hecho, hubiera querido un cuarto mandato, y después un quinto. Entonces si lo quiero para mí, es quererlo para todos. Y para la democracia, la alternancia de poder es una conquista de la humanidad, y por eso hay que mantenerla”.
Como se sabe, Lula era muy popular y si hubiera cambiado la Constitución para reelegirse, muy probablemente lo hubiera logrado. Pero actuó de acuerdo a sus valores y principios democráticos. “La alternancia en el poder es una conquista de la humanidad”, sentenció. Sin embargo, aplaudió una y otra vez la ambición obsesiva de Chávez, aunque ahora alerta que “debe preparar un sucesor”. El colmo es que dice que sería malo que sus opositores ganando quieran hacer lo mismo. El propio Doctor Jekill y Mister Hide pues.
Y cuando el periodista le pregunta por la contradicción entre las políticas exitosas de su gobierno y las de Chávez, se va por la tangente y no responde sino cuando revela la verdadera razón de fondo por la que ha apoyado a Chávez todos estos años: “América del Sur ganó mucho con Chávez porque antes hasta los inodoros eran importados de los Estados unidos. Hoy importa de la Argentina, de Brasil, y de otros países”. Lean de nuevo ¡Lo que le parece magnífico de Chávez es que importa de todo de su país!” Porque Brasil se encuentra con esa “manguangua” de regalías. Fíjese bien estimado lector. Sí “antes” los inodoros eran importados de EEUU, lo “bueno” no es que ahora Venezuela los fabrique y sea más independiente sino que se los compre a Brasil creando empleo y riqueza en el gigante del Sur. Negocio es negocio.
Pero Luis Ignacio dijo más: “Venezuela empezó a mirar a América Latina, y por eso defendí su ingreso a Mercosur. Por la importancia estratégica de Venezuela, una de las reservas más grandes del mundo en petróleo y gas. Nosotros discutimos en cuanto Unasur como hacernos socios de esa riqueza que tenemos. Por eso yo pienso que
Chávez fue importante para Venezuela”. Si Luis… ¿Importante para Venezuela o importante para apoyar el crecimiento de la industria privada de Brasil y por tanto de su economía? Confesión, por cierto cargada de cinismo: “Hacernos socios de esa riqueza petrolera de Venezuela”. Claro, mientras el “gobierno “ de Chávez siga destruyendo la industria y el agro, Venezuela deberá comprarles todo a ellos. Y así se “hacen socios” de nuestra riqueza petrolera.
Es igual para Santos en Colombia, Kirschner en Argentina, Pepe Mújica en Uruguay. Todos ven a Chávez como el “venaíto” que destruye la industria y el agro de Venezuela, pero como tiene muchos petrodólares, sus países hacen tremendo negocio vendiendo de todo a Venezuela y dando impulso a sus propias industrias privadas, generando mucho empleo. El vecino perfecto dice Luis Ignacio. Atolondrado, dice uno.
P.D. Datos del 7 – O: En 1651 mesas de todo el país, Capriles sacó más del 80 % de los votos. Y en 500 de esas mesas, sacó más del 90 % de los votos. Si Capriles sacó más del 90% de los votos allí ¿Alguien del PSUV debe gritar fraude y decir “allí está la trampa”? Registramos este dato para contraponerlo a la manipulación de que 40 mesas de todo el país – muy pequeñas, de 30 a 50 electores para un total de 1340 electores -, Chávez sacó el 100% de los votos. Hay que denunciar los vicios del proceso y con quistar elecciones limpias. Pero ya basta de ofender a nuestros testigos. Ya basta de ese afán de destruir a la alternativa democrática tratando de hacerlos ver como bobos o vendidos. Cada minuto gastado en la campaña destructiva del “fraude” es un minuto a favor de los candidatos impuestos “a dedo” por Chávez para las elecciones del 16 – D. María Oteyza, coordinadora nacional de defensa del voto del extinto comando Venezuela invita “a los fans que hablan de fraude a que sirvan como testigos en centros de alta votación chavista o de alta votación de la MUD para que certifiquen la realidad”. Estamos de acuerdo, no obstante, el país democrático merece un informe detallado sobre lo ocurrido el 7 – O.
