Al ganar las elecciones con más de ocho millones de votos, es natural que Chávez se disponga a aplicar el programa de gobierno que presentó a los electores durante la campaña. Para hacerlo, parte de una base de sustento amplia y hasta suficiente. Los venezolanos, por el método electoral, han realizado una escogencia y han dado un mandato. Sin embargo, no se puede ignorar que una porción de potenciales seguidores se inclinó por el candidato de la oposición. De los 6.400.00 millones de votos que obtuvo Henrique Capriles Radonski, una gran parte pertenece a los sectores D-E.
Obviamente, no puede pretenderse que, en vista de esa circunstancia, Chávez abandone sus propuestas. Ni puede aspirarse a que todo el país respalde el programa socialista. Tampoco se trata de que los partidos de oposición se integren al gobierno y apoyen las iniciativas de éste. Pero es razonable pensar que la manera y el ritmo en que se implementarán los planes gubernamentales tomarán en cuenta el contexto en que se desarrollarán los cambios, la necesidad de persuadir y convencer, para conservar y ampliar los respaldos. Un plus, más allá del 55.13%, para lo cual es necesario formular planteamientos capaces de convocar a grandes franjas descontentas, dentro y fuera del chavismo, y de crear la sensación de un país de oportunidades, especialmente entre los jóvenes.
Es indudable que una de las principales razones que explica esta conducta de los sectores populares y medios que no votaron por Chávez tiene que ver con la ineficiencia y la corrupción en la gestión pública, prácticas que obstruyen los canales de distribución de la riqueza, generan desigualdades y paralizan el crecimiento económico. Los efectos de estos dos grandes males son devastadores, pues crean desconfianza hacia los equipos dirigentes, dudas en relación al proyecto económico y social que se pretende adelantar y escepticismo en relación a la actividad política misma. Es difícil construir el poder comunal sobre este fango.
Del mismo modo, el sectarismo y la prepotencia le han ahuyentado respaldos al Psuv. Estas conductas se expresan, por ejemplo, cuando se excluye a gente de las mismas zonas populares de los beneficios de los programas a causa del amiguismo o por segregación política; cuando se crean privilegios y fueros especiales y cuando se concentra la toma decisiones en cenáculos dirigentes. Igualmente, lo estilos de vida ostentosos de los funcionarios de alto y mediano rango alejan simpatías y generan rechazo. Si en lugar de consultar y discutir previamente una medida, una ley o una decisión, se impone apelando a las palancas del poder, se dan reacciones de repudio no sólo a hechos puntuales sino hacia el proyecto de manera general.
El país ganaría mucho si el Gobierno extiende la mano hacia quienes no votaron por él y hacia quienes lo hicieron pero con reservas. No se trata de negociar puestos ni de hacer transacciones, sino de observar los modos, las reglas y el respeto que se deben tener mutuamente adversarios y hasta enemigos. En fin, el desafío que tiene Chávez por delante es el de adelantar su programa de gobierno dándole un perfil más amplio y consensual. Ajustarlo y corregir, para democratizar el poder.
#Opinión: Más allá del 55.13% Por: Leopoldo Puchi
-
- Publicidad -
- Publicidad -
Más leido hoy
PJ: El Comité Político Nacional decide no participar en comicios del 25 de mayo #26Feb
El partido opositor Primero Justicia (PJ) anunció el martes que no participará en las elecciones legislativas y regionales del país, previstas para el próximo 25 de mayo.
- Publicidad -
Debes leer
Delcy Rodríguez sobre cancelación de licencias petroleras: Es una decisión lesiva a inexplicable #26Feb
Delcy Rodríguez, vicepresidenta de la República, rechazó la decisión del presidente de los estados Unidos, Donald Trump, de revocarle las licencias petroleras a Venezuela...
- Publicidad -
- Publicidad -