El reconocimiento de que Lara actualmente es el sexto estado más violento del país, despierta nuevamente las críticas hacia la falta de coordinación de los cuerpos de seguridad del Estado y la región para impulsar una política efectiva de combate a la delincuencia.
Diversas personalidades, tanto del chavismo como de la oposición, mantienen su constante enfrentamiento sobre cuál de los dos bandos es responsable de la situación y sobre cuál debe anteponer sus intereses por los de la entidad regional. Todo ello mientras los delincuentes acaban paulatinamente con los ciudadanos, dejando alarmantes resultados como las catorce muertes violentas ocurridas el pasado fin de semana.
Se rechaza que la continua confrontación de los jefes de los cuerpos de seguridad con el gobernador Henri Falcón, motivadas por diferencias de carácter netamente político-ideológico, lleguen al extremo de no poder celebrar los encuentros necesarios para llegar a una solución efectiva.
Además de la integración de Polilara con las fuerzas que integran el Dispositivo Bicentenario de Seguridad, la solución al problema de la inseguridad pasa por el rescate de los centros penitenciarios y el fortalecimiento de programas educativos y de empleo, de manera que los ciudadanos no sean seducidos por las “facilidades” que ofrece el camino de la delincuencia.
Sin embargo, es pertinente resaltar que para mejorar los niveles de empleo es necesario que exista un cambio radical en las políticas del Gobierno nacional con respecto a la participación de los capitales privados en la economía nacional, de manera que las empresas puedan invertir en el desarrollo de las ciudades y se eviten ejemplos deprimentes como el de la Zona Industrial de Barquisimeto, que se encuentra en total abandono a pesar de albergar a la potencia productiva de la región.
Foto: Ricardo Marapacuto Archivo