Desde que las casas comenzaron a agrietarse, no ha parado la angustia entre los habitantes de La Escalonada, en Cubiro, municipio Jiménez. La urbanización popular fue construida en un terreno inapropiado que frecuentemente tiene movimientos y causa daños a las viviendas. Desde hace tres años, aproximadamente, ocurren los movimientos de tierra que ponen nerviosos a los humildes residentes.
Xiomara Hernández, miembro del consejo comunal, declaró que la situación es conocida por todas las autoridades de la localidad y región; sólo hace falta la solución concreta: reubicarlos a otro lugar. Contó que dentro de la misma parroquia Diego Lozada, hay un terreno privado donde pudieran construir las nuevas estructuras unifamiliares, pero aún están gestionando esa posibilidad.
Informó que la abogada del municipio, doctora Beatriz Lovera, notificó la aprobación de 46 casas, por parte de Corpolara, antiguo Fudeco y, de llevarse a cabo tal ofrecimiento, otras 34 familias estarían esperando por nuevas viviendas.
Elba Daza, Omaira Colmenárez y José Ramón Chirinos, vecinos, han pasado noches en vela, al escuchar cómo se agrietan las paredes: temen que las casas los sepulte de un momento a otro. Lo peor del caso, exponen, es que no cuentan con los recursos económicos para mudarse a un sitio seguro.
De un posible proyecto habitacional, se ha dicho mucho, agregaron, sin embargo, no concretan la promesa de las autoridades.
“Las casas están en el aire: nos da miedo conciliar el sueño, estamos pendiente de cualquier emergencia porque los daños en las viviendas están cada vez peor.
Somos familias sin riquezas, lo poco que tenemos está aquí y sentimos que lo perdemos al notar las fallas en el terreno”, sostuvo el vecino José Ramón Chirinos, uno de los más afectados.
Fotos: Luis Salazar