Lo que va a pasar en Venezuela estribará en dos factores medulares.
El primero, quizá el más relevante, dependerá mucho de lo que quiera el presidente de la república, no hay que olvidar que nuestro país tiene herida congénitamente su democracia en cuanto posee constitucionalmente un penetrante sistema presidencialista que otorga a ésta figura demasiado poder ¡demasiado! lo cual nunca es bueno cuando de democracia hablamos, lo ideal es que el poder esté repartido equitativamente en la institucionalidad, en fin, es otro tema.
Ahora bien, sí la sindéresis predomina en él las expectativas serán alentadoras. Dependerá en primer lugar que el presidente reelecto comprenda que el “inesperado” crecimiento de quienes se oponen a su gestión es un claro indicador que alerta una realidad sumamente delicada, evidencia una gestión pública coja proveniente de directrices centrales no del todo eficientes por lo que debe, no solo reparar, corregir desaciertos en materia tan vitales como seguridad, sector productivo y servicios públicos, además está obligado a incorporar en su agenda gubernamental las peticiones y sugerencias de la diversidad de sectores sociales que no están alineados con sus pensamientos, la Venezuela que lo quiere es tan numerosa como la Venezuela que no lo quiere, un millón y medio de votos como brecha lo confirma, en consecuencia, urge el consenso, urge la participación de todos para poder construir una meta común, objetivos que engloben a todos quienes habitamos éste maravilloso, único e irrepetible país, que solamente requiere inteligencia y eficiencia en el manejo de sus inagotables riquezas.
En conclusión, dependerá mucho de la lectura que el presidente de la república pueda darle a su última victoria electoral. Por otra parte, la oposición viene demostrando una solidez sostenida, ello a juzgar por sus resultados en los dos últimos comicios realizados, sacó más votos que el oficialismo en las elecciones a la Asamblea Nacional y se colocó cerquísima de la presidencia de la república, por lo que terminará de definir su rol serán las venideras elecciones para gobernadores, es decir, sí logra mantener su cohesión, sí logra superar la honda decepción de no haber triunfado el 7-0 y a raíz de ello se alza con numerosas gobernaciones su papel en la política nacional será en definitiva determinante, pero todo ello está sujeto a cómo actúen sus líderes y sus simpatizantes de aquí al 16 de diciembre, fecha en que se celebrarán dichos comicios regionales ¡a esperar!