Chávez ha conseguido su reelección, después de una lucha electoral cargada de ventajas a su favor. La contienda electoral en Venezuela se dirimió de la única forma en que los sistemas democráticos lo permiten: en las urnas. Y en las urnas ganó Chávez, quien derrotó al joven carismático candidato de la oposición Henrique Capriles. Chávez es un experto en ganar elecciones, como él mismo lo ha dicho en varias oportunidades. También vale la pena destacar el sentido patriótico y democrático que demostró Capriles al reconocer la derrota. El candidato vencido demostró gallardía y humildad, algo que no es fácil de encontrar en buena parte de los políticos del continente. Gracias a su pundonor, su derrota no se tradujo en desmanes o hechos violentos. “Para ganar hay que saber perder”, fue la frase con que calmó los ánimos de sus millones de seguidores. El gesto fue destacado por Chávez.
La juventud de Capriles–apenas 40 años—en su gran fortaleza hacia el futuro, pues ahora tendrá que prepararse mucho más para afrontar futuras contiendas, sea contra Chávez o contra el chavismo, el cual está integrado por sectores populares (marginales) convertidos en una especie de amuleto electoral. En lo que tiene que ver con el “nuevo” presidente de Venezuela, hay que decir que debe hacer una lectura inteligente y serena de los resultados del pasado 7-O,pues prácticamente su contendor—es decir, la oposición—obtuvo el 50% de la votación.
Ello significa que Chávez deberá gobernar a una Venezuela partida en dos grandes pedazos. Chávez debe tener plena conciencia de que la brecha social sigue siendo enorme, la inflación está disparada, la inseguridad crece, la crisis hospitalaria se agudiza, el desempleo aumenta, la corrupción continúa, la escasez de alimentos es evidente, la violencia y las altas tasas de homicidios no se detienen y la paciencia se acaba. La Venezuela que recibe sus propias manos es un país polarizado y crispado en algunos sectores, debido, fundamentalmente, a su presencia en Miraflores.
Arremeter contra los opositores sería torpe y solo serviría para profundizar las enormes diferencias que se presentan en nuestra Venezuela, sean sociales, económicas y culturales.
El reto para Chávez es poder hacer realidad sus ofertas de campañas asociadas todas al llamado Socialismo del Siglo XXI, que se supone debería brindar bienestar y desarrollo para todo el pueblo venezolano, algo que, ciertamente, no ha ocurrido. Su permanencia en el poder ha generado todo tipo de reacciones en el mundo, debido a las inciertas repercusiones de la profundización de lo que ha llamado el Socialismo del Siglo XXI.Sin embargo, podemos afirmar que fue una reelección signada por el populismo, el clientelismo y la corrupción.