Las comunidades de Yaritagua, por desdicha, no cuentan con la vialidad que desearían sus habitantes. Las calles presentan huecos en diferentes tramos, ofreciendo una mala imagen del municipio Peña, adscrito al estado Yaracuy.
Se trata de una realidad común, sí, pero a la vez difícil de sobrellevar por los habitantes. Hacen hasta lo imposible para evitar caer en los cráteres que están frente a sus calles o llegando a la escuela del sector.
No hay forma de librarse de la de-sidia oficial porque, en el sitio menos pensado, hay muestras de la gestión “a medias” llevada a cabo por la autoridad local, Giovanni Parra, al menos, es el reclamo que más se escucha entre los residentes.
El barrio La Bandera, por ejemplo, ubicado a poca distancia de La Trinchera, en la autopista Barquisimeto-San Felipe, sabe de los sinsabores que deja una vialidad enferma: con “parches, escombros, huecos y bateas”, informó el conurbano José Puerta.
Cuentan que la Alcaldía está al tanto de las calles afectadas, sin embargo, no ejecutan un operativo especial para disminuir la dramática escena. Todo lo contrario. Con el paso del tiempo y la ausencia de los organismos de atención vial, las condiciones del pavimento empeoran.
Asimismo, solicitan el arreglo de las aceras del sector, donde no queda mucho de los bordes de concretos construidos en gobiernos anteriores. Explican que a través de colectas hechas entre los propios residentes, en algo, logran solucionar el problema sólo que hace falta más presupuesto.
Arreglar las aceras, sólo en la avenida principal amerita de una inversión cuantiosa. La Bandera es una comunidad amplia que necesita de la voluntad oficial. Miguel Lárez, otro de los habitantes, mencionó que hace falta limpiar la maleza en la cancha deportiva.
Las alimañas se multiplican entre los matorrales y las viviendas cercanas a ese espacio son las más afectadas: ratas y zancudos proliferan en los patios y porches de las casas.
Solicitan una fumigación en los alrededores de la cancha, además de la limpieza de los matorrales, a objeto de evitar mordeduras y picaduras en los vecinos, sobre todo, pensando en la salud de los niños y de las personas de la tercera edad, más propensas a las enfermedades.
“Las ratas se meten a los porches y otros lugares de la casa; pueden aparecer infecciones”, finalizó.
Fotos: Daniel Arrieta