A menos de un mes de las elecciones presidenciales, con el despliegue publicitario que para los principales candidatos trajo consigo, los venezolanos pasarán por una nueva campaña electoral, la cual a partir del 1º de noviembre involucrará a los aspirantes a las gobernaciones y consejos legislativos del país.
La sombra de los resultados del proceso electoral del 7 de octubre cubre a los venideros comicios regionales (a celebrarse el 16 de diciembre), por cuanto pueden considerarse como un factor clave en la configuración que en los próximos cuatro años tendrá el mapa político del país, en un episodio más que incluye una “gran batalla” entre el chavismo y la oposición.
Aunque recomienda evitar los análisis comparativos entre procesos electorales de diferente naturaleza (regionales con presidenciales), la politóloga Annamaria Capursi, señala que el innegable liderazgo del presidente Hugo Chávez, demostrado con la aprobación de 54% del electorado venezolano luego de catorce años en el poder, puede ser un factor de influencia en los comicios regionales, sin embargo, será una elección en la cual el oficialismo se enfrentará a una oposición que cuenta con un nuevo liderazgo, encarnado en el excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski, reconocido con el 44% de los votos.
“El hecho de que Capriles esté ahora de candidato en Miranda quizás para algunos simpatizantes no era lo que se esperaba, pero en su discurso ha sido enfático al asegurar que dará acompañamiento a los distintos candidatos en el resto del país. Si ese escenario se da, con la misma fuerza que se tuvo en octubre, pues entonces pudiera cambiar el mapa electoral en los estados. En el caso contrario, volvemos a los escenarios del pasado y a la comparación con las elecciones regionales de 2008”, asegura.
Otro factor que puede influir en la elección es el liderazgo que puedan demostrar cada uno de los de los aspirantes a los gobiernos regionales, por lo menos en el caso de la oposición, debido a que en el oficialismo, indistintamente de que la gestión sea buena o mala (en el caso de las reelecciones), o de que sean candidatos desconocidos, en el momento en que el presidente Chávez los designa como candidatos que lo representan ya puede asegurarse una parte del electorado entre los seguidores del mandatario. No obstante, se debe tomar en cuenta que en esta oportunidad la oposición cuenta con un líder apoyado por seguidores espontáneos, fuerza política y legitimidad.
En el caso de aquellas personas afectadas por los resultados, especialmente quienes creen que “perdieron su voto” al apoyar al candidato de la unidad democrática, la especialista piensa que estos pueden activarse y acudir a los próximos comicios como una forma de reivindicarse y subsanar el resultado de las presidenciales. Esto dependerá, expone, de que se logre despejar la duda que se ha levantado en torno a un espinoso tema como el secreto del voto.
Capursi recuerda que en análisis previos al proceso de octubre se manifestaron las inquietudes, más no fueron consideradas para evitar la apatía electoral. El miedo de aquellos que de alguna manera se benefician con el Gobierno nacional, generado por situaciones como la de los perseguidos políticos, los despedidos de Pdvsa, que también alimenta los temores a ejercer el derecho al voto y deben ser considerados por la oposición
La politóloga invita a analizar el estado de la unidad dentro de las filas opositoras, sobre todo como factor que sigue presentando debilidades a pesar del terreno ganado en los últimos años, de manera que la alternativa democrática flexibilice sus estructuras y deje de estar desfasada en la visión que tiene acerca de cómo se lleva la política en Venezuela.
“Si analizamos algunas de las designaciones regionales uno se pregunta por qué un candidato que en su momento pudo ser muy bueno, como Andrés Velásquez, vuelve a ser el candidato en el estado Bolívar cuando no se ha podido obtener el triunfo con él. Igual sucede con la designación de Iván Colmenares en Portuguesa. Hay un hermetismo en la oposición para dar paso a nuevos dirigentes y abrirse a nueva ideas que debe cambiar”.
Organización vital en Lara
En el caso de Lara, el reto de la oposición estará en organizarse y lograr una estructura eficiente que pueda concretar la simpatía de los electores hasta el día de los comicios.
A juicio del politólogo Mario Perdigón, en el proceso electoral la oposición tiene un buen candidato en el aspirante a la reelección, Henri Falcón, quien desde su paso por la Alcaldía de Iribarren tiene un posicionamiento sólido en el municipio más importante de Lara y en otros como Palavecino, lo cual el da una fortaleza a la unidad democrática.
En el caso del aspirante del chavismo, Luis Reyes Reyes, el especialista considera que este cuenta con la fortaleza de tener a su disposición la maquinaria electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela, además de un aparato de prebendas utilizadas en una relación muy clientelar con los electores. “Pero como candidato, Reyes Reyes no siembra emociones, porque depende más de la imagen del presidente Chávez que de la suya propia. Al contrario de la oposición, cuyo candidato sí guarda una conexión emocional con los electores”.
Sin embargo, asegura que el resultado en Lara dependerá del desenvolvimiento de los bandos políticos en la etapa de campaña, donde se pueden tener aciertos o cometer errores. “En el caso actual, basados en los resultados recientes, podemos decir que el reto de Henri Falcón y la Unidad son los municipios foráneos, dado lo bien consolidados que se encuentran en Palavecino e Iribarren, donde el oficialismo es débil”.
Asimismo, considera que el escenario nacional vaya a ser como el regional, sobre todo con las variaciones que pueden presentar las campañas y los resultados electorales. Recuerda que el gobernador Henri Falcón ha contado con un porcentaje del electorado que supera al aporte que a su causa había hecho la maquinaria chavista hasta su renuncia al PSUV hace tres años.
No se descarta una decisión del sector oficialista conocido como “el chavismo light”, quienes pueden haber votado por el presidente Chávez en octubre, pero darían su apoyo al disidente en la región. “Si eso se logra concretar, Falcón se convierte en la primera opción de triunfo”.
Perdigón espera que la campaña opositora en la región no dependa principalmente de la propaganda a desplegar en el estado, sino que también reconozca que su adversario cuenta con una gran ventaja en el uso de los recursos del Estado. Recomienda reforzar la animación al electorado de los municipios Iribarren y Palavecino, debido a que un escenario donde domine la abstención daría la ventaja al contrincante, cuyo proyecto consiste en “hacer creer que las mayorías pueden aplastar a las minorías, una contradicción de lo que ellos identifican como democracia, que en realidad es el respeto también de las minorías, no solo en materia electoral sino también de leyes”.
El especialista concluye en que las elecciones regionales pueden generar un equilibro en las tendencias políticas y los poderes regionales con respecto a la decisión tomada para el Gobierno nacional. Por ello, los ciudadanos que no se sienten identificados con este Gobierno deben buscar la forma de mantener lo que se ha logrado conquistar hasta este momento. De no ocurrir esto, puede darse el escenario de las parlamentarias de 2005 cuando la decisión de llevar los diputados a la Asamblea Nacional quedó en manos de la abstención.
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