Cuando queda pendiente un solo debate, el presidente Barack Obama y su adversario republicano Mitt Romney hicieron un alto en sus campañas electorales el sábado para concentrarse en la última liza verbal ante de los comicios del 6 de noviembre, dedicada exclusivamente a la política exterior.
El debate del lunes en Boca Ratón, Florida, es el tercero y último de ambos contendientes, justo 15 días antes de los comicios.
Obama partió el viernes al retiro presidencial campestre de Camp David, en las Montañas Catoctin de Maryland, donde permanecerá con sus asesores hasta el lunes por la mañana. Romney pasaba el fin de semana con sus ayudantes en la Florida, plenamente dedicado a preparar su debate.
Pero en un nuevo anuncio de campaña, difundido el sábado, Romney criticó las políticas de Obama sobre deuda, salud, impuestos, energía y Medicare. Insistió en que Obama sólo ofrece más de lo mismo en todos esos temas.
El compañero de fórmula de Romney, el congresista Paul Ryan, realizaba el sábado un mitin en Pensilvania. El vicepresidente Joe Biden se dirigía a San Agustín, en la Florida.
El debate de 90 minutos del lunes será moderado por el veterano periodista de la cadena de televisión CBS Bon Schieffer. Será similar al primer debate, con ambos candidatos parapetados tras un sitial en el estrado. Schieffer ha delimitado cinco áreas a debatir, con más tiempo dedicado al Medio Oriente y al terrorismo que ningún otro tema.
Aunque la debilitada economía ha dominado de forma notable la campaña electoral, la política exterior ha saltado al primer plano tras el ataque terrorista del consulado estadounidense en Bengasi, en el que murieron cuatro funcionarios estadounidenses, incluyendo el embajador Chris Stevens.
Obama ha salido bien parado en los sondeos sobre los acontecimientos internacionales y la lucha contra el terrorismo, especialmente tras la muerte de Osama bin Laden. Empero, la respuesta de la Casa Blanca al ataque en Libia y las dudas sobre las medidas de seguridad en el consulado han dado a Romney y los republicanos un tema preñado de dudas e irregularidades informativas sobre el liderazgo de la política exterior de Obama.
Ryan acusó a Obama de haber sido renuente a facilitar con premura una explicación veloz y franca, y dijo el viernes a la radioemisora de Milwaukee WTMJ que el presidente se niega incluso a responder a las preguntas más elementales. «Sus respuestas han sido inconsistentes, engañosas», insistió Ryan.
Obama se apegó el viernes a los temas de política nacional, y acusó a Romney de moderar su posición y de olvidar al mismo tiempo sus pasadas actuaciones en los temas económicos y en asuntos de interés para las mujeres. Acuñó un nuevo adjetivo para su campaña a la hora de describir la política del ex gobernador: «Romnesia».