Jennifer Aniston se quedó atónita cuando su actual prometido, Justin Theroux, le presentó su anillo de boda y le juró amor eterno el pasado mes de agosto. La artista admite que sintió cierto pánico ante una propuesta matrimonial que jamás se hubiera imaginado, pero ahora afronta su boda con mucha ilusión y felicidad.
«Lo mejor que tengo ahora mismo en mi vida es un compañero maravilloso y mucha felicidad. En todos y cada uno de los días de mi vida. Todo empezó mucho antes de que me pidiera que me casara con él, pero reconozco que ese día fue tremendo. No me lo esperaba para nada, ni siquiera tenía una idea en mi cabeza del tipo de anillo que hubiera querido», confesó a la revista People.
A pesar de que la intérprete no suelta prenda sobre los detalles de su esperado enlace, ya adelanta que no busca nada extravagante y que su vestido reflejará su estilo clásico y sencillo.
«Una novia debe seguir siendo la misma durante su gran día. No debería complicarse y tiene que ser espontánea. Si intento algo nuevo o diferente, al final no me voy a sentir demasiado cómoda», reflexionó.
En principio, la organización de la boda iba a seguir un patrón caracterizado por la simplicidad pero, a medida que se van concretando los planes de boda, la magnitud de las celebraciones podría haber aumentado considerablemente, hasta el punto de que los festejos del enlace podrían durar tres días seguidos.
«Lo que empezó como una boda de perfil bajo va a terminar siendo uno de los eventos más importantes del año. Algunos de los destinos que se barajan para la ceremonia son Hawái o México, y como Jennifer se ha empeñado en tener una gran fiesta, lo más seguro es que la ceremonia se extienda unos tres días. Medio Hollywood va a estar ahí», revelaba previamente una fuente cercana a la pareja.
