La sencillez de su gente permanece intacta, sin embargo, hay otras cosas que cambiaron para mal y ponen en desventaja a la población de Aregue, en el municipio Torres. Las calles y demás espacios del pueblito caroreño, quedaron en el olvido.
El vecino Rafael Páez, contó decepcionado acerca del progresivo deterioro del pavimento. Los carros particulares y del transporte público, sufren severos daños a causa de la falta de mantenimiento. En Aregue, no conocen al alcalde, explicando lo desasistidos que se encuentran.
“Aregue retrocedió 35 años; sus calles vuelven a estar feas, en mal estado. La vialidad está repleta de huecos y el gobierno municipal no hace algo para mejorar la apariencia de la comunidad, ni siquiera por la festividad de Nuestra Chiquinquirá”, sostuvo.
Lo mismo dejó claro la habitante María Túa de Hernández, quien añadió que desde hace un año aproximadamente la capa asfáltica no recibe rehabilitación. Asimismo manifestó que antes de las fiestas del pueblo, celebradas el pasado 22 de septiembre, Hidrolara destapó una de las cloacas sin hacer mejoras.
Sienten temor de que algún niño o persona de la tercera edad caiga en la boca de visita. Los moradores han realizado varios llamados a la hidrológica pero no acuden a solventar el problema. El agua la reciben apenas tres veces por semana y en poca cantidad.
El templo de Dios
Por otra parte, los habitantes del pueblo solicitan una rehabilitación para el templo católico donde está la imagen de Nuestra Chiquinquirá de Aregue, visiblemente afectado en su fachada y demás partes de la infraestructura religiosa.
Es un lugar sagrado y también histórico de toda esa municipalidad, donde los fieles acuden diariamente para participar de la eucaristía y orar frente a la patrona de las almas. Hace falta pintar la iglesia, mejorar las paredes agrietadas, entre otras reparaciones importantes.
José Alberto Pérez, otro de los habitantes, habló en nombre de la feligresía para exhortar a la autoridad municipal y regional a fin de que destinen parte del presupuesto a la restauración de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.
Informó que a través de donaciones particulares, de las ofrendas dominicales y con la colaboración de los propios fieles, es como medianamente logran costear los gastos del templo y, en este sentido, enfatizó que los ingresos son pocos.
“Somos gente humilde, sin recursos económicos, sin embargo, cada familia da de lo poco que tiene”.
Fotos: Elías Rodríguez
