En la parte alta de la Lucha, a las 7 de la noche del martes, sonó un disparo y al suelo caía con herida en el mentón del lado izquierdo, con salida por el cuello, un jovencito de 12 años de edad. A la casa de Yuletxi Guasamuco llegó una vecinita corriendo para decirle que al mayor de sus cuatro hijos le habían disparado.
La dama corría hacia la parte de atrás de su casa, porque su hijo lo había dejado en casa de la abuela haciendo la tarea y observó cómo su esposo lo llevaba en brazos corriendo hacia el carro de una vecina.
Al adolescente lo llevaron hasta el ambulatorio de La Carucieña pero no soportó y murió. Se conoció que la persona que disparó al joven fue su propio tío de 17 años, quien se entregó, pues el mismo estaba manipulando un arma de fuego y se le salió un disparo que fue a parar en la humanidad del pequeño.
La víctima estudiaba primer año de Bachillerato. Su madre, el rostro lleno de lágrimas, manifestaba que nadie le explicaba que era lo que había pasado con su pequeño, quien era un jovencito bastante protector con sus hermanitos.
Trabajaba en la Misión Vivienda
A las 7:30 de la noche del mismo martes, en la quebrada que divide la comunidad de Valle Verde y Villa Productiva al oeste de la ciudad, fue asesinado de un disparo de escopeta en la espalda José Gerardo Yépez (21). La víctima, en el mes de diciembre, culminó de prestar servicio en el batallón Oleary, ubicado en el Fuerte Tiuna y actualmente trabajaba como albañil en la Gran Misión Vivienda.
Su padre Gerardo Yépez, quien es vocero del consejo comunal, relató que mandó al tercero de sus cuatro hijos a comprarle unos cigarrillos y al cabo de unos minutos le avisaron lo sucedido. La zona es bastante oscura y al auxiliarlo, su muchacho le pidió que lo ayudara porque sólo contaba con él. Fue trasladado hasta el CDI del barrio Bolívar pero falleció.
Con su muerte quedan huérfanos una hembra de 2 años y un varoncito de apenas 7 meses de nacido.
Yépez, molesto, denunció la falta de patólogos en el Hospital Central, indicando que eran seres humanos los que estaban en la morgue y afuera estaban sus dolientes, quienes además de pasar por el dolor de la pérdida tienen que aguantar hasta las 2 de la tarde que la patóloga llegue al lugar. Responsabiliza al gobernador Henri Falcón por la falta de especialistas en la morgue del Antonio María Pineda.
Foto: archivo
