El Parque Zoológico y Botánico Bararida abrió sus puertas a cinco estudiantes del exterior, quienes llegaron el 1 de octubre y hasta la fecha han descubierto un mundo de posibilidades en el tratamiento de la fauna silvestre, tanto la autóctona como la exótica o invasiva.
La jefa de la división de salud animal del Parque Bararida, Myredi Brazao manifestó que los estudiantes llegaron a Barquisimeto para llevar a cabo una especie de pasantías y que se les está impartiendo conocimiento práctico.
“La semana pasada por ejemplo, hubo que hacerle un tratamiento de conducto a una tigresa y ellos estuvieron en el procedimiento con la respectiva supervisión médica del equipo de la División de Salud Animal. También contamos con la participación del doctor Alexander Blanco, quien pudo estar con nosotros en medio de esta importante intervención”, dijo Myredi Brazao.
Mientras que el presidente del zoológico, ingeniero Julio César Gutiérrez destacó que este espacio se ha convertido en un centro de aprendizaje y modelo para otras naciones, “estamos muy contentos de tenerlos acá.Vinieron por una semana y ya llevan cuatro, además el nombre de este emblemático parque ahora viajará en las voces y en los testimonios de los futuros veterinarios”.
En sus propias voces
Cada uno con un acento diferente, pero sobre todo con sueños y con expectativas. Es un grupo de cinco jóvenes, quienes se vinieron a realizar pasantías y nunca imaginaron que conseguirían la posibilidad de una práctica tan cercana a especies animales muy variados como los que se encuentran en el Parque Zoológico y Botánico Bararida.
Vania Isabel González proviene de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ella explica cómo ha sido la experiencia: “Nos han dejado hacer muchas actividades prácticas lo que no ocurre ni en las universidades ni en los zoológicos de mi país”.
“Aquí me he encontrado con especies como los monos araguatos o los perezosos los cuales no son comunes. Nos han permitido medirlos, hacer tomas de sangre, y ambientar las exhibiciones donde se encuentran, para que se sientan más cómodos, con esto hemos podido entender mejor el clima, lo que comen y las características de las especies”, agregó.
Mientras que Verónica Díaz, de la Universidad Zaragoza de España, confiesa que “no haber tenido la posibilidad de laborar en un zoológico ni con especies silvestres y tampoco con las exóticas. Ya el manejo, el hecho de conocerlos marca completamente la diferencia. Los felinos me llamaron mucho la atención, sobre todo por el tratamiento de conducto que pudimos hacer”.
Maite Lasierra, compañera de universidad de Díaz, certifica el testimonio anterior y señaló: “Me han gustado mucho los tapires, los araguatos. El zoológico más cercano que tengo en España es el de Barcelona y es muy diferente el concepto a lo que he visto acá. Este es más educativo”.
Pau Pallarés dijo que los zoológicos en España son privados, el valor de la entrada puede variar entre 20 a 40 euros.
“En el norte hay zoológicos más grandes que este, pero el Bararida tiene una variedad importante de especies y tampoco es pequeño. Hay algunos en España y en toda Europa que son tipo safaris.
En estas semanas he aprendido mucho, sobre todo las cosas básicas de laboratorio y los protocolos de anestesia tan necesarios en el tratamiento quirúrgico”. Todos coincidieron en que se les exige experiencia, pero no se les da la oportunidad, por ello valoran este período en el cual han podido aprender e intercambiar criterios.
Oriol Ginesta también es de la Universidad de Zaragoza, “hemos tenido un intercambio cultural. Estuve en un Centro de Recuperación de Fauna en Lérida, España, pero es muy distinto a lo que hemos vivido acá.
Allá los guardabosques y guardias se encargan de recoger animales heridos o envenenados, para que nosotros los tratemos en el centro, más que todo fauna silvestre. Es muy raro que hagamos prácticas”.
Contentos y agradecidos, también aportan sus conocimientos y dejan su huella en el Parque Zoológico y Botánico Bararida.
Fotos: Simón Alberto Orellana