Representantes del Gobierno colombiano y de la guerrilla de las FARC iniciaron históricas negociaciones a puertas cerradas en Oslo, donde esperan sentar las bases para un diálogo que buscará poner fin a casi medio siglo de conflicto armado, informaron funcionarios noruegos.
Una serie de duros golpes militares en los últimos años debilitaron a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), incluyendo la muerte de varios de sus más influyentes comandantes y la deserción de miles de combatientes, pero no lograron el objetivo de aniquilar a la insurgencia.
No obstante, el presidente Juan Manuel Santos confía en que la agrupación está lo suficientemente debilitada para aspirar seriamente al término de la guerra tras varios intentos fallidos por negociar la paz.
Ambas partes salieron rápidamente por una sección reservada del aeropuerto de Oslo y posteriormente fueron llevados, cerca del mediodía local, a un lugar no revelado.
Los medios fueron completamente excluidos de los encuentros planeados para el miércoles y el jueves, según indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores noruego.
La cita en Oslo es el más reciente intento de Colombia para negociar la paz con la agrupación rebelde, que se financia mediante el narcotráfico, desde su formación, en 1964. Las discusiones pasadas tuvieron finales desastrosos, inclusive fortaleciendo la capacidad de las guerrillas de atacar a civiles y objetivos militares.
Santos, un ex ministro de Defensa, anunció en septiembre que ambas partes habían negociado los términos del borrador de una agenda en Cuba y que el inicio de las negociaciones se realizaría en Oslo.
Se espera que las discusiones sean espinosas, dados los cinco grandes puntos a discutir -desarrollo rural, garantías para el ejercicio de la oposición política, el fin del conflicto, el narcotráfico y los derechos de las víctimas.
Tras la culminación de la fase exploratoria, que se realizó hace pocas semanas en Cuba, continuó el trabajo preparatorio para la instalación pública y formal de la mesa de diálogo en Noruega, antes de entrar de lleno a la negociación en La Habana, que busca acabar con casi cinco décadas de conflicto.
La negociación, que se cumplirá sin un cese del fuego, es el primer intento en más de una década para buscar una solución política negociada a la confrontación.
Está programado que los negociadores declaren a los medios el jueves, aunque no se ha especificado aún si ambas partes se presentarán juntas en la conferencia de prensa.
Elegido presidente en el 2010 prometiendo mantener la postura dura que implementó su predecesor, Alvaro Uribe, contra los insurgentes, Santos ha sido fustigado por sus detractores por un deterioro que se percibe en la seguridad.
Los índices de aprobación del mandatario se han recuperado desde el anuncio de las negociaciones de paz.
Noruega y Cuba han acordado actuar como garantes en las negociaciones, mientras que Venezuela y Chile serán países acompañantes del proceso.
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