#opinión: El mundo en cifras (4). por: Pedro Rodríguez Rojas

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Esclavitud en el siglo XXI. Según la ONU, doscientos cincuenta millones de personas viven en situación de esclavitud; servidumbre por deudas, explotación sexual, salarios ínfimos, reclutamiento forzoso, niños trabajadores o soldados, matrimonios forzados, e incluso esclavitud como antaño. En la actualidad, el mundo del trabajo en los países capitalistas llega a niveles terribles. La inseguridad en el empleo y los abusos están a la orden del día.
No existe una distinción clara entre las diversas formas de esclavitud, señala Naciones Unidas: Las mismas familias o grupos son muchas veces víctimas de varios tipos de esclavitud contemporánea y el factor que los une a todos suele ser la extrema pobreza. Familias enteras son obligadas a trabajar la tierra generación tras generación mientras no consigan reunir el dinero necesario para pagar una deuda que previamente han contraído. Pero la realidad es que a pesar de todos los esfuerzos, esa familia nunca saldará su deuda ya que los intereses crecerán más que el dinero conseguido y esa lacra pesará sobre su descendencia. El deudor pasa a convertirse en siervo de por vida. Pero además de las familias, son las mujeres y los niños los grupos más vulnerables.
En muchas zonas en desarrollo, como el sur de Asia, prisiones privadas encarcelan a trabajadores y a sus niños, obligados a trabajar siete días a la semana y a menudo encadenados a sus máquinas para que no se escapen. Decenas de miles de prisioneros son sometidos a tortura y malos tratos en 124 países, 94 de los cuales tienen prisioneros de conciencia y 69 llevan a cabo miles de ejecuciones extra judiciales
Desigualdad rural y urbana. Sobre la desigualdad entre la ciudad y el campo, por ejemplo las ¾ partes de las personas que viven con menos de USD 1 diario y el 75% de las personas con malnutrición se hallan en zonas rurales (PNUD, 2007-2008: 26). En los países de la periferia, la cobertura de los servicios de agua es del 92% en las zonas urbanas y solo del 72% en las rurales, pero en los servicios de saneamiento la cobertura urbana duplica la rural (PNUD, 2006: 54).
En cuanto a la desigualdad entre regiones, el caso de China es extremo pues mientras que Shanghái o Beijing tienen un Índice de Desarrollo Humano (IDH) comparable al de Portugal o Argentina, Guizhou está al nivel de Namibia, es decir a casi 100 países de distancia. En Brasil, la tasa de mortalidad infantil en el nordeste es de 52 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, pero cae a 20 muertes en el sudeste. En México, el IDH en Chiapas o Oaxaca está al nivel de El Salvador mientras que Ciudad de México se equipara a la República de Corea, es decir a 76 países de distancia (PNUD, 2005: 66; 243 y ss).
Pobreza países ex socialista. Sin embargo, el mayor incremento de la desigualdad se dio en la restauración del capitalismo en los países que pertenecieron al llamado bloque “socialista”, pues en menos de una década “el coeficiente de Gini, aumentó [en ellos] de un promedio de 0,25-0,28 a 0,35-0,38”; en Ucrania pasó de 0,23 (1987-1988) a 0,47 (1993-1995), en la Federación de Rusia de 0,24 a 0,48, en Lituania de 0,23 a 0,37, en Hungría de 0,21 a 0,23, en Polonia de 0,26 a 0,28 (PNUD, 1999: 39); es decir creció incluso en los países que fueron masivamente favorecidos por “Occidente”, como Polonia y Hungría. Los países de Europa Oriental y la Comunidad de Estados Independientes (CEI), resultante de la disolución de la URSS, al incorporarse al mundo capitalista sufrieron el más rápido incremento de la desigualdad que se tenga constancia en la historia (PNUD, 1999: 3, 37).
Desigualdad Étnica. Sobre la desigualdad entre grupos étnicos, por ejemplo en Sudáfrica, en 1995, la tasa de desempleo entre hombres africanos era del 29%, más de siete veces la de los hombres blancos (4%) (PNUD, 2000: 153). En el Ecuador, 9 de cada 10 indígenas eran pobres, mientras que al nivel de toda la población, la pobreza se calculaba en el 67% a inicios del 2000 (SIISE, s.f.: 5).
En EEUU, los niños afroamericanos tienen el doble de probabilidades de nacer con bajo peso que los niños blancos y dos veces más probabilidades de morir antes de cumplir un año (PNUD, 2005: 65). La pobreza entre los habitantes negros casi triplica los índices entre los blancos, afectando al 25% de afro-estadounidenses frente al 9% de blancos. Entre 2005 y 2009, la riqueza promedio de los hogares latinos en los EEUU cayó de 18,359 dólares a sólo 6,325 dólares, equivalentes a un desplome del 66%. Entre los afroamericanos la caída también fue espectacular pues perdieron un 53% de su riqueza. En los hogares anglosajones, sin embargo, la pérdida fue significativamente menor: sólo un 16%. En Guatemala, la desnutrición entre los indígenas más que duplica la de los no indígenas (PNUD, 2007-2008: 81). Continuará…
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