Ni un rostro de felicidad y bienestar se observa en los habitantes de la comunidad Indio Manaure, al noreste de Barquisimeto. Llevan tiempo sin saborear ese minuto plácido entre familiares, allegados y conocidos.
Sus decaídos estados de ánimo no son causados por un luto colectivo, sino por el desagradable hedor que deben soportar las veinticuatro horas del día dentro y fuera de sus casas, desde que Hidrolara paralizó los trabajos de sustitución de cloacas y ahora las aguas negras tomaron posesión de calles, aceras, estacionamientos, solares y jardines.
Dayana Rojas indicó que la empresa Hidrológica, hace tres meses, comenzó la instalación de una tubería de 12 pulgadas en reemplazo de la deteriorada, en la calle principal del sector 2 de esa comunidad.
Sus padres, Miriam de Rojas y Jesús Rojas, adicionaron que todo parecía marchar a la perfección hasta que hace un mes la obra se detuvo, supuestamente, por falta de recursos económicos, situación que ahora perjudica a los vecinos mucho más que cuando requerían los trabajos de sustitución de la red de aguas negras.
Indicaron que la fuerza del torrente fecal levantó las tapas de las bocas de visita en varias calles de los sectores 1, 2 y 3 en la comunidad en referencia, y no pueden hacer nada para contener la salida de los desechos líquidos nauseabundos.
En tal sentido, exhortan a la ingeniera Adriana Díaz, presidenta de Hidrolara, así como al gobernador Henri Falcón, para que les aclaren si la suspensión de los trabajos obedece a recursos faltante u otro motivo, aunque el primero cobró fuerza en boca de obreros de la obra.
Al mismo tiempo, pidieron a estas autoridades que cualquiera fuera la causa, lo importante es que resuelvan y asuman nuevamente la responsabilidad de continuar la sustitución de la tubería y la terminen a la mayor brevedad.
Manifestaron que por este problema los camiones recolectores de basura no ingresan a la comunidad para evitar que los vehículos queden atascados en las zanjas y bocas de visitas descubiertas, viéndose obligados a llevarse las bolsas hasta la entrada de la comunidad donde llegan las unidades.
Lamentaron que tampoco circulan por las calles internas de Indio Manaure las busetas de transporte público de pasajeros.
En este sentido, expusieron que los habitantes de ese populoso conglomerado bajan de las busetas en la entrada y desde allí forzosamente caminan respirando los repelentes olores entre pozos y charcos de aguas negras.
Por su parte, Carlos Antonio Amaro, quien está domiciliado en el sector 2, recordó que Hidrolara emprendió la obra tras la presión que hizo hace tres meses un numeroso grupo de habitantes al protestar frente al parque El Cardenalito, en la entrada de Barquisimeto, en la zona del este.
Vaticinó que la desesperación de los habitantes de respirar aguas putrefactas noche y día los obligará a salir nuevamente a la calle, de una manera más contundente, en caso de la empresa hidrológica no atienda al reclamo.
“Como consecuencia de toda esta contaminación mi hijo de 19 años sufrió un dengue y gracias a Dios fue atendido en el Hospital Militar y por los momentos está estable”, puntualizó.
Necesidad de casas
Amaro habita en un rancho de cinc, y en su misma condición treinta familias más en Indio Manaure.
No obstante, anunció que dentro de un mes la alcaldesa Amalia Sáez sustituirá su casita por otra digna, en el marco de la Gran Misión Vivienda.
También comentó como positivo para la comunidad la puesta en funcionamiento del Hospital Militar.
Fotos: Richard Alexander Lameda
