Dos funcionarios de la Guardia Nacional murieron en manos de la delincuencia

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La violencia no le da tregua a la entidad larense. Se lleva a su paso a personas inocentes y ni respeta uniformes. En lo que va de año, en Lara, han sido asesinados 30 funcionarios de los diversos cuerpos de seguridad.

Esta vez le tocó a dos funcionarios de la Guardia Nacional, quienes murieron en distintos hechos.

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El primer hecho ocurrió a la 4:20 de la madrugada de ayer cuando unos sujetos encapuchados acabaron con la vida del sargento segundo Wilkin José Alvarado Flores, de 22 años de edad.

El hecho tuvo lugar en la carrera 3 entre calles 12 y 13 del barrio El Encanto de El Tocuyo, municipio Morán. El funcionario se encontraba en casa de su novia y en el momento en que salió para retornar a su hogar, dos sujetos encapuchados, quienes paseaban en una motocicleta negra, le salieron al paso.

El parrillero sacó un arma de fuego la cual accionó en repetidas oportunidades contra el castrense.

Alvarado Flores se desplomó y el mismo fue auxiliado y llevado hasta el hospital Egidio Montesinos de El Tocuyo.

Allí se le apreciaron en su humanidad 23 orificios ocasionados por el paso de un proyectil, pero fueron al menos 15 tiros los que recibió el sargento segundo. Tres en el rostro, seis entre el pecho y el abdomen, uno en la cadera, dos en la región lumbar, uno en cada brazo y uno en la mano izquierda.

Luz Elena Yépez, tía de la víctima y quien lo crió, cuenta que a las 5 de la mañana fue un señor a su casa en el barrio Alí Primera de El Tocuyo a decirle que habían matado a su muchacho. Cuando acudió al Hospital constató la trágica noticia. Indicó que por primera vez su familia atravesaba por una situación tan lamentable como esa.

Yépez tenía un pañito en sus manos, con el cual limpiaba las lágrimas que rodaban por sus mejillas. Recordó que el domingo le hizo una sopa a su hijo de crianza y él salió al mediodía diciéndole que iba a casa de su novia y de allí no regresó más.

El sargento segundo tenía dos años prestando sus servicios y actualmente estaba destacado en el CORE 8 en el estado Bolívar. Prestaba sus servicios en la cárcel de El Dorado y le habían otorgado doce días de permiso. El martes de la semana pasada arrancó a Lara, tres días duraba su viaje y a El Tocuyo llegó el viernes. Le tocaba presentarse en su comando el jueves.

Belkys Flores, madre del funcionario, estaba presente. La dama lloraba y recordaba que su hijo era una persona muy atenta y aunque no lo crió siempre estaba pendiente de ella. Era el mayor de tres hermanos.

En cuanto al hecho, habitantes del barrio El Encanto explican que por la hora de los hechos no supieron qué pasó; sólo escucharon las detonaciones y prefirieron ni asomarse, pero la novia de Alvarado Flores es la testigo clave del hecho y los seres queridos del joven estaban extrañados porque la misma ni había aparecido por el centro asistencial.

Aguanto cinco días

Enmanuel Alexander Granda Tolosa, de 24 años de edad, era teniente de la Guardia Nacional Bolivariana. El joven estaba destacado en el CORE 7, en Puerto La Cruz. Aparentemente se había asimilado y estaba recién graduado.

El castrense había recibido su primer permiso y se vino a Lara para visitar a su familia, con residencia en la avenida principal de la calle 5 de Las Veritas, al norte de la ciudad.

El hecho ocurrió el pasado miércoles 10 de octubre a las 10 de la noche cuando el funcionario se encontraba en la esquina de su casa hablando con una dama. De la nada los abordó un sujeto a pie quien los sometió con un arma de fuego e hizo que Granda Tolosa se levantara la franela. El delincuente, al ver que el guardia cargaba su arma en la cintura, le disparó.

Un impacto en la región frontal, uno en la occipital, en el rostro, en el abdomen y en el hombro derecho hicieron que cayera mal herido en plena vía pública.

El malandro se llevó el arma: era una Pietro Beretta calibre 9 milímetros de reglamento. Una vez que el delincuente escapó, los seres queridos de Granda Tolosa lo llevaron hasta el ambulatorio de Tamaca en donde fue atendido y remitido a la emergencia del Hospital Central. El castrense fue llevado hasta una clínica privada al este de la ciudad en donde estuvo recluido hasta la mañana de ayer cuando falleció.

Funcionarios del Eje Contra Homicidios del Cicpc abrieron las investigaciones de ambos casos. Con respecto al primero, lo manejan como una venganza. El segundo, se inclinan por el robo.
Fotos: Ricardo Marapacuto/ Simón Alberto Orellana

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