El temerario austríaco Felix Baumgartner celebraba este lunes haberse convertido en el primer humano en romper la barrera del sonido, en una hazaña sin precedentes en la que desafió a la muerte con un salto en caída libre desde la estratósfera.
Este paracaidista de 43 años saltó el domingo desde poco más de 39.000 metros de altura sobre Nuevo México, alcanzando una velocidad máxima de 1.342 kilómetros por hora, o 1,24 veces la velocidad del sonido, según los organizadores.
Baumgartner permaneció en caída libre durante unos cuatro minutos y 20 segundos antes de abrir su paracaídas rojo y blanco y flotar sobre el desierto en el estado de Nuevo México, dijo el integrante del proyecto Red Bull Stratos, Brian Utley.
Los controladores de la hazaña estallaron en aplausos cuando Baumgartner emergió de la cápsula izada por un gigantesco globo de helio que lo transportó a 39.044 metros, una altitud mayor de lo previsto.
«Creo que me liberé de unas 20 toneladas. Me preparé para esto durante siete años», dijo el experimentado paracaidista a la cadena en alemán ServusTV de Austria, en su primera entrevista tras el salto.
Al referirse a un problema con el casco, que casi lo obligó a abortar en el último minuto, Baumgartner dijo: «Incluso en un día como éste que empieza tan bien puede suceder un pequeño fallo. Pero finalmente decidí saltar».
El problema fue una falla en uno de los calefactores de la placa frontal del casco de Baumgartner, que empañaba su visión. Sin embargo, tras sopesar las opciones, la misión decidió seguir adelante con el salto.
«Fue la decisión correcta», añadió el austriaco, que rompió tres récords: el salto más alto de caída libre, la velocidad más rápida en caída libre y el vuelo más alto de un humano en globo. No logró romper el récord del salto más largo caída libre.
Poco antes de saltar, en imágenes transmitidas en vivo a todo el mundo con un audio que recordaba las primeras palabras de Neil Armstrong en la Luna, Baumgartner dijo: «A veces uno tiene que ir muy alto para entender lo pequeño que es».
Después de un comienzo perfecto, ansiosos espectadores de todo el mundo vieron con angustia cómo el austríaco se precipitaba a tierra caóticamente durante lo que pareció una eternidad, antes de alcanzar finalmente la posición correcta.
«La salida fue perfecta, después me empecé a caer, pensé que lo tendría bajo control, pero entonces empezó realmente. Yo realmente comencé a ganar velocidad, se puso muy violento. Pensé por unos segundos que me iba a quedar inconsciente».
«Gracias a Dios, logré parar, fue muy difícil, fue mucho más difícil de lo que muchos de nosotros esperábamos».
«No sentí el ‘boom sónico»
Baumgartner dijo que no supo que había roto la barrera del sonido.
«No sentí el ‘boom sónico’, creo que pasa atrás de uno», expresó.
Al austriaco le llevó más de dos horas llegar a la altura de salto y ya había roto un récord incluso antes de saltar: la marca anterior para un vuelo en globo tripulado era de 34.667 metros, establecido en 1961. El austriaco tenía previsto saltar desde los 36.576 metros, pero alcanzó los 39.044 porque el globo subió más de lo esperado.
Una de las primeras personas que lo felicitaron fue el presidente de Austria, Heinz Fischer.
«Felicito calurosamente a Felix Baumgartner por este gran éxito, que se logró con coraje y perseverancia». Austria «está orgullosa» de su logro, escribió el mandatario en su perfil de Facebook.
El ex astronauta de la NASA Leroy Chiao dijo en CNN que creía que los elementos del traje de Baumgartner serán «incorporados en trajes utilizados en las naves espaciales».
La hazaña fue el segundo intento de la misión Red Bull Stratos, después de que un primer intento el martes fuera cancelado en el último minuto debido al mal tiempo.
El mayor riesgo de Baumgartner era perder el control de la situación, lo que podría haber ejercido una fuerza G excesiva y haberle hecho perder el conocimiento. Las temperaturas de 68 grados Celsius bajo cero también podrían haber tenido consecuencias impredecibles si el traje hubiera fallado de alguna manera.
Entre los 100 miembros del equipo de apoyo de Baumgartner estaba el coronel retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Joe Kittinger, quien detentaba hasta ahora el récord de salto más alto en caída libre desde 31.333 metros en 1960.
Después del salto del domingo, Baumgartner recordó lo que sintió al disponerse a saltar desde la estratósfera.
«Cuando se está en la cima del mundo uno se siente tan humilde. Lo único que uno quiere es volver con vida» a tierra firme, dijo a los periodistas en Roswell, Nuevo México, donde estaba la base de control de la misión.
La publicidad que rodeó al salto también fue un hito en sí misma. La misión fue filmada por más de dos docenas de cámaras, entre ellas una instalada en el casco de Baumgartner.
La hazaña fue transmitida en vivo en el sitio web del evento y en YouTube. Más de 8 millones de computadoras y otros dispositivos digitales sintonizaron la transmisión en vivo en el famoso portal de videos, haciendo que el salto se convirtiera en el evento más visto en directo en la historia de YouTube.
Foto: Archivo