Pero ¿existen realmente los dioses? Si son inmateriales ¿tienen alguna estructura? ¿De qué están hechos?¿Son los sistemas divinos un nivel de organización fractal superordinado a los sistemas humanos? ¿Cómo percibirlos? ¿Con que criterios? Si cuentan con componentes diferenciables ¿Cómo analizarlos estructural y funcionalmente? ¿Como interpretarlos? Si no podemos responder a estas preguntas previas ¿Cómo comprenderlos? ¿Es nuestra capacidad de razonamiento suficiente para saber si los dioses existen realmente y contar con los elementos de juicio para comprenderlos? Entre esas cualidades atribuidas a las deidades destacan, entre otras, aquella de la Eternidad, la cual permite al dios, prescindir de los conceptos de ayer, hoy y mañana, tendría frente a si un solo plano que resumiría aquellos del tiempo, por lo tanto podría contemplar simultáneamente pasado, presente y futuro; no tendría edad, principio ni final.
Así mismo, el don de la Ubicuidad, que habilita a la entidad súper humana para estar, permanecer y mantenerse, simultáneamente en todos los planos espaciales posibles, estar en todas partes, en todo momento, por lo tanto estaría dentro y fuera de todo cuanto existe, sin arriba ni abajo, sin delante ni atrás, sin aquí ni allá; contener, sin ser parte de toda la masa física universal –macro, meso y micro- en cualquiera de sus estados –solido, líquido, gas o plasma- El atributo de la Inmaterialidad, hace que la deidad trascienda el concepto de materia, en virtud de lo cual, carece de sus limitaciones –sin peso, densidad ni volumen- por lo tanto de carácter espiritual o algo equivalente, metafísico, constituido a la vez por todo y por nada, tendría todas las respuestas a todas las preguntas que se pudieran formular en este sentido. Por otra parte, al permanecer la deidad más allá de tiempo, espacio y materia, resulta obvio que ha existido por siempre, sin haber sido creada, ni susceptible a ser destruido, tales señales coinciden, son comparables y analógicos con el concepto físico de Energía, por lo tanto la conclusión lógica es que se trata de entidades de Energía pura, capaces de realizar cualquier clase de trabajo, sin disiparse.
Tales son los argumentos -en respuesta a todas las interrogantes pertinentes- en los cuales el razonamiento humano se apoyó para concebir la idea de las deidades. Desde las primeras y más antiguas hipótesis, hasta las más modernas teorías, como la del Big Bang, ninguna ha podido -en ninguna época, civilización ni religión- formular una respuesta satisfactoria, definitiva, convincente; en virtud de lo cual solo queda el sofisma, la entelequia de la Fe, la cual es teleológica, irracional, incompatible con la condición humana, la especie que razona. En el supuesto que los sistemas divinos conformen un nivel fractal superordinado a los sistemas humanos, y la fractalidad –según Heissenberg- influye y obra sobre todos los niveles subordinados ¿Influyen las deidades en el comportamiento y razonamiento humanos y en todos los niveles de organización por debajo de él? Si las deidades, los dioses han existido desde siempre, ya existían antes del Big Bang; Entonces, si el tiempo comenzó desde aquel momento y los dioses, por su eternidad, están más allá del tiempo ¿Cómo puede nuestro limitado intelecto, con su filosofía, ciencia y tecnología actuales, comprender la esencia de los dioses?
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#opinión: Humanidad y deidades 2/2 por: Edilberto Ferrer-Véliz
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