Al analizar el desarrollo de la campaña electoral del candidato presidencial de la oposición, Henrique Capriles Radonski, hay que partir del primer documento de trabajo sobre el programa de gobierno elaborado por la Mesa de la Unidad Democrática, sostiene el Dr. Alberto Mendoza, abogado y especialista en política social, quien fuera secretario del Consejo de Ministros de Carlos Andrés Pérez en el segundo mandato de éste.
Ese trabajo muy denso, dirigido por Ramón Guillermo Aveledo, que recogía la opinión de 1.400 profesionales fue condensado en un folleto de más de 100 páginas. Al doctor Marino González le correspondió la parte relacionada a programas sociales.
En mi condición de representante de la secretaría nacional de políticas públicas sociales de Un Nuevo Tiempo, dijo para EL IMPULSO, y por sugerencia de Ramón Guilllermo Aveledo conversé con Marino González para que se oyera la opinión que nosotros teníamos acerca del enfoque de las políticas sociales, que se debían plasmar en algunos borradores de trabajo para que el candidato, en la medida en que iba avanzando por el país, tuviera los elementos y pudiera divulgar lo que habíamos estudiado.
No tuve la suerte de que el Dr. González coincidiera conmigo en la importancia de los programas sociales, expuso. Y es tan así que él suministra dos o tres declaraciones en el diario El Universal, a través de las cuales señala que los programas sociales han sido un fracaso.
Una persona que está participando en la redacción de un pro grama social tiene que tomar en consideración que las clases D y E son el 52 por ciento del total del electorado nacional y no puede hacer el mencionado señalamiento cuando todos los analistas políticos coinciden en que la política social es lo que beneficiaba al Presidente de la República.
Hoy en día, cuando se han conocido los resultados de las elecciones del 7 de octubre, nuevamente los analistas sostienen precisamente que el mayor número de votos obtenidos por Chávez se deriva de cómo este candidato a la reeleción conectó su política social.
Sorpresa la mía fue tener esa opinión de González, que hizo pública; y nuestra reunión como la de embajadores, quienes se desean ventura y felicidad.
Posteriormente, cuando ya teníamos el diseño de un programa denominado “Beca para el progreso” -ahora que estoy autorizado por el partido para dar esta declaración, lo hago saber a los lectores de este diario- el diputado Alfonso Marquina le plantea al candidato dicho proyecto, a quien le gusta la idea.
Ese planteamiento fue formulado por el parlamentario a Capriles Radonski durante un viaje y el aspirante presidencial le pasa el proyecto a uno de sus colaboradores más inmediatos, en pleno vuelo.
Al transcurrir más de año y medio de ese hecho, el diputado Marquina le pregunta al candidato sobre lo que ha pasado con el proyecto en cuestión, que significaba una cobertura de 4 millones y medio de votantes en las clases D y E.
Según fue concebido el estudio, se utilizaría el patrón escolar de más de 6 millones y medio de alumnos inscritos en las 22 mil escuelas públicas en las áreas más desfavorecidas económicamente.
La oferta llegaría a las barriadas más populares y hasta los caseríos más apartados del medio rural, donde hubiera una bodeguita que pudiera suministrar 18 alimentos básicos para las familias pobres.
El candidato le dijo a Marquina que me entrevistara con el economista Orlando Ochoa, asesor de la parte de finanzas del programa de gobierno de Capriles y, una vez conocida la exposición que le hice, le encantó el proyecto; pero, luego que el estudio llegó a los encargados de la parte social, se engavetó.
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