Ya hubo el primer resultado de esta larga campaña electoral, es común que los resultados sean de una vez exaltados con el rimbombante nombre “gano el pueblo venezolano”, “gano Venezuela”, esto es muy importante conocerlo y divulgarlo de esta forma para que halla equilibrio emocional en toda la población y cada quien en particular sacar las conclusiones reflexionando, comenzando en hacerse la pregunta del ¿Qué gane y que perdí? Y de esta forma empezar hacer la programación inmediata y a futuro para enrutar su accionar al trabajo productivo para ser útiles a la sociedad, más allá de lo que pueda aportar el gobernante, el gobierno y el estado como estado.
Al ganador en particular la felicitación y el deseo que cumpla con el camino trazado, para llevar al país por el rumbo que permita el máximo de bienestar para la población presente y futura, para el ganador de esa inmensa cantidad de población que hay que reconocerle que no perdió que es el incentivo para que quien va a ejercer la primera magistratura entienda y recoja lo bueno de las ofertas, las plasme con realidades y con ello se de solución a problemas que son vistos y sentidos tanto por los votantes que se consideran triunfantes o perdedores.
Me voy a permitir en estas reflexiones en positivo, recordar que la democracia como sistema político de gobierno y como filosofía política social, no se sustenta en el principio del ejercicio del voto para elegir a sus gobernantes que hay otros principios que dan fuerza y valor real al sistema mas allá que el voto, como lo es la exclusión de la violencia dentro de las relaciones sociales, que el gobernante observe que quien no esta con el, no le esta permitido atropellarlo y coaccionarlo, que siempre habrá formulas para llegar al punto de equilibrio y dar respuestas a las diferencias que generan los problemas o soluciones que requiere la sociedad.
El ejercicio del sufragio permite dar valor numérico a un ganador y a un perdedor, mas no da valor moral en el accionar ni del ganador y del perdedor, es la convicción de cada uno de entender que se gana o que se pierde para continuar realizando el trabajo de la política que no es otro que el ejercicio del buen gobierno para todos sin ningún tipo de exclusión, mas en igualdad de condiciones ese perdedor aceptar con fuerza y corazón que debe dar confianza y apoyo al accionar gubernativo del ganador, siempre llamando la atención de todo aquello que tienda a desviar nuestro sistema político trazado en la constitución y leyes de la República.
Mi país, su país, contamos con un sin numero de leyes que siempre le han permitido afirmar que vivimos en el régimen de prohibiciones y es importante señalar estos momentos en los que muchas personas hacen puntos finales y puntos de comienzos de una gestión de gobierno
Con mas ferviente deseo pido que alguien piense que se puede pasar del régimen de prohibiciones, para no controlar al régimen de autorizaciones con el debido control que no es otra cosa que un principio de leyes democráticas “a toda persona le esta permitido hacer todo aquello que la ley no prohíbe expresamente” y tal vez en esta forma demos comienzo a una nueva cultura para el trabajo, a una cultura para gobernar, a una nueva cultura para entendernos en lo cotidiano, a una nueva cultura para llegar entender que todos somos necesarios, todos tenemos deberes y derechos y que el gobernante exitoso no puede ser otro que el que permita garantizar la justicia social y que estuvo muy bien definida por Ulpiano: “darle a cada quien lo que le corresponda”,
Unidos todos por la producción nacional.
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