Al larense no le sorprende que los estudios del Instituto Nacional de Estadística (INE), reflejen que nuestra ciudad es una de las costosas del país.
En el área de alimentos, salud y recreación, nuestra ciudad presenta un encarecimiento generalizado, que afecta considerablemente la calidad de vida de la población económicamente activa, la cual no cuenta con los ingresos suficientes para dar frente a sus compromisos.
Al respecto, especialistas en la materia han explicado la importancia de que el Ejecutivo nacional, promueva estrategias que mejoren los salarios y reduzcan el precio de los productos.
La Ley de Costos y Precios Justos no ha generado los resultados esperados. “Esta norma mantiene una inflación represada pero que igual impacta a los clientes”, aseguró el economista Aníbal Peña Javitt.
Por su parte, el economista Orlando Cabrera Eleizalde, sostiene que la retracción del consumo es una realidad inocultable, debido al aumento de los precios y la insuficiencia de los salarios.
En este sentido, los ciudadanos buscan en el mercado algunas ofertas para aminorar sus gastos, pero aún así, las posibilidades de satisfacer por completo sus necesidades son bastante escasas.
Sin medicina para el problema
Si lo alimentos están costosos, las medicinas no se quedan atrás. De acuerdo con información suministrada por los farmaceutas, diferentes medicamentos registran constantes incrementos.
Por si fuera poco, muchas medicinas no se consiguen en los establecimientos, debido a las trabas en la importación reportadas por los laboratorios.
En este sentido, el Ejecutivo Nacional tendrá que reactivar la producción nacional y facilitar los trámites en las aduanas, en aras de que los alimentos y medicamentos lleguen a manos de los usuarios en el tiempo pertinente.
Foto: Dedwison Álvarez/ Edickson Durán